La crisis aplaza sin fecha la obra del nuevo cauce del Tamarguillo
Fue eliminada del convenio con la Confederación Hidrográfica en 2009 y no hay dinero para ejecutarla

El nuevo cauce del Tamarguillo tendrá que esperar tiempos mejores. Este ambicioso, y contestado proyecto que pretendía reducir el riesgo de inundaciones en la zona norte de la ciudad y, al mismo tiempo, liberar para el desarrollo urbanístico una gran franja de terreno, se quedó ya hace dos años en el cajón de los proyectos irrealizables por falta de dinero y no parece que se vaya a rescatar en mucho tiempo.
El proyecto era una de las iniciativas más ambiciosas que se incluyeron en el convenio para la restauración hidrológica-forestal y de protección de cauces suscrito en 2003 por el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), y el Ayuntamiento de Sevilla. De hecho, se iba a llevar más de la mitad del presupuesto global previsto para aquellas actuaciones, 65 de los 130 millones de euros de inversión que preveía aquel convenio, de los que el 75% era aportado por fondos Feder y el resto por la Corporación municipal.
Sin embargo en 2009 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Ayuntamiento de Sevilla hicieron una revisión del convenio que provocó sustanciales cambios: el Consistorio asumió la actuación prevista para recuperar las márgenes de la calle Betis así como la actuación el nuevo cauce del Tamarguillo. La razón, señalan en la Confederación Hidrográfica, es que las modificaciones introducidas en otros proyectos —fundamentalmente Guadaira, Ranilla, parque del Tamarguillo y San Jerónimo— se habían llevado más dinero del previsto y que eso hacía, y sigue haciendo, imposible que la CHG acometeria una obra de tan ingente presupuesto. Eso sí cuando se haga, señalan, se contará con la ventaja del proyecto ya está hecho y que además tiene la declaración de impacto ambiental, aprobada en octubre de 2008 por el Ministerio de Medio Ambiente.
La paralización de este proyecto supuso en su día una alegría para los vecinos y colectivos ecologistas que se oponían a esta obra y que se movilizaron contra la misma. La razón de unos era que el nuevo cauce suponía la expropiación de unas 20 fincas de las zonas conocidas como Camino de la Reina, Huerta de Sevilla y Aeropuerto Viejo, muchas de ellas de uso agrícola; las de los otros, que incluso amenazaron con llevar el proyecto a la Unión Europea por el uso que hacía España de los fondos Feder con los que se hubiera financiado, que tenía un fuerte impacto sobre el medio ambiente y eliminaría las últimas huertas de la ciudad.
Gran cantidad de suelo
En el otro lado, los defensores del proyecto, que planteaba trasladar el cauce del Tamarguillo más al norte, siempre han apuntado que esa actuación reduciría las inundaciones que sigue soportando esa zona de la ciudad y posibilitaría su desarrollo urbanístico , ya que el trasladar el cauce del arroyo más hacia el norte quedaría libre una gran cantidad de suelo en una zona que se iba a ver beneficiada también por la ejecución de la nueva carretera SE-35 que tiene previsto conectar la SE-30 y la A-4. El proyecto incluso obligó a modificar el trazado del túnel del AVE a Málaga, que también se ha quedado en el cajón de los proyectos olvidados por falta de dinero.
Así las cosas, el proyecto del nuevo cauce del Tamarguillo sigue en el aire y será uno de los temas a abordar en la reunión que tiene previsto realizar el delegado municipal de Urbanismo, Maximiliano Vilchez, con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Joaquín Castillo Sempere, para analizar la aplicación del famoso convenio y otras cuestiones pendientes.
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