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Todos a una por el «Vaporcito»

Instituciones públicas y una avalancha de ciudadanas en la red piden su reflotamiento

Todos a una por el «Vaporcito» EFE/EDUARDO RUIZ

ANA C. DOMÍNGUEZ

Hundido casi al completo en las aguas de la Bahía, el «Vaporcito» solo deja ver desde ayer su cubierta superior, mientras las instituciones públicas y la ciudadanía, unida por la red, se resisten a no volver a ver la mítica embarcación navegando entre Cádiz y El Puerto.

A lo largo del día de ayer, la Diputación provincial, la Junta de Andalucía y los ayuntamientos gaditano y el portuense mostraron su apoyo para hacer reflotar el mito. Representantes de ambos consistorios se reunirán «próximamente» para coordinar su colaboración con la empresa que gestiona el «Vaporcito», Adriano S.L.

La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, ya manifestó ante el muelle Reina Sofía, donde permanece el barco desde la tarde de ayer, que «todos somos conscientes del símbolo que es el “Vaporcito”». «Entendemos que es necesaria nuestra colaboración para que retome su actividad. Las instituciones tenemos que estar para apoyar la vuelta de una de las estampas de la Bahía de Cádiz», incidió ayer. No obstante, la alcaldesa puntualizó que «habrá que ver el papel que juega el seguro de la compañía, una vez se conozca la causa del accidente». Cabe tener en cuenta que el alcalde de El Puerto, Enrique Moresco, ya comunicó que había mantenido un encuentro con el presidente de la Diputación, José Loaiza, «para mantenerles informados y coordinar posibles actuaciones y ayudas futuras para el “Vaporcito”».

Patrimonio andaluz

El presidente de la Diputación, José Loaiza, también su unió al respaldo institucional que ha recibido el barco en menos de 24 horas. Loiza lamentó la pérdida de un «emblema de la provincia» y mostró su clara disposición a contribuir al reflote, pero «después de aclarar qué ha ocurrido».

Por su parte, el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, expresó ayer su voluntad de cooperar con el resto de administraciones para buscar una solución para el pequeño buque. No obstante, puntualizó que antes de llevar a cabo un plan de acción, la administración autonómica quiere conocer los detalles y las circunstancias de la empresa que opera el barco. «A partir de ahí entablaremos conversaciones con otras administraciones para ver lo que se puede hacer», puntualizó Plata. «Antes que nada, hay que agradecer que no ha habido problemas personales, porque en el barco se desplazaban ochenta personas, pero afortunadamente consiguió llegar a puerto, desembarcó a todo el pasaje y no ocurrió ninguna desgracia personal», subrayó el consejero.

Hay que tener en cuenta que la consejería de Cultura va a tener un papel muy importante en el futuro de la embarcación, que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2001, lo que implica una serie de exigencias a la empresa encargada de su gestión. Una de las ellas es que el «Vaporcito» no podrá ser desguazado y, en caso de que no continúe su labor, sus piezas pasarán a convertirse en patrimonio de la administración andaluza, que deberá gestionar su uso.

Decisión empresarial

Pese a todo, la decisión de reflotar o no el buque es solo de los armadores de la empresa Adriano S.L. En este sentido, ayer mismo el gerente, Andrés Fernández Valimaña, se personó en el puerto gaditano y expresó su entera disposición para solucionar «lo más rápido posible» la situación. De este modo, tanto la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz como Capitanía Marítima remitieron un escrito a Adriano S.L. para requerirles la entrega de un plan de rescate. En ese informe, los responsables de la empresa, Fernández Valimaña o el propietario –Antonio Somorrostro–, deberán aclarar si van a reflotar el que ha sido un símbolo de la Bahía o si deciden deshacerse de él. Una vez presentada tal documentación, serán las autoridades solicitantes las que decidan si las medidas propuestas están dentro de las exigencias legales.

Investigación

De forma paralela a la decisión de los armadores, Capitanía Marítima abrió inmediatamente después del accidente un expediente de investigación que tendrá que ser enviado a la Comisión de Accidentes Marítimos del Ministerio de Fomento. Será el Gobierno, de este modo, quien decida si por la magnitud del suceso debe enviar inspectores propios para que continúen la investigación o si, por el contrario, delega en Capitanía Marítima. Esto quiere decir que los inspectores solo comenzarán a recabar datos una vez que el barco haya sido sacado del mar, bien para volver a ponerlo en funcionamiento una vez reparado en los astilleros, o bien para desmontarlo y dejarlo en manos de la Delegación de Cultura al tratarse de un Bien de Interés Cultural.

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