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Día 02/09/2011
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Que el teatro de Jardiel Poncela tiene en Gustavo Pérez Puig a uno de sus más fervientes defensores es un hecho incuestionable. El director y productor teatral, uno de los más veteranos lobos de mar de nuestra escena, ha puesto en pie títulos como «Angelina y el honor de un brigadier», «Los habitantes de la casa deshabitada», «Usted tiene ojos de mujer fatal», «Cuatro corazones con freno y marcha atrás» y «Eloísa está debajo de un almendro», y ahora una obra apenas conocida del autor madrileño: «Las cinco advertencias de Satanás», que llegará el día 7 al Marquina. Estrenada en el teatro de la Comedia el 20 de diciembre de 1935, Jardiel la definió como «una comedia dramática con la risa como contrapunto».
Pérez Puig no recuerda que desde aquel estreno la obra haya vuelto a representarse. «Montajes así requieren un riesgo que muy pocos están dispuestos a asumir —dice—; pero a mí me gusta el riesgo, llevo ya veinte espectáculos sin equivocarme». Y para hacer a Jardiel, sigue, «hay que tener valor y gastar; me gusta la producción, hay que jugársela, y eso es siempre algo hermoso y espléndido». Mara Recatero es una vez más, como directora de escena, el alter ego de Pérez Puig, y el reparto de la comedia incluye a Andoni Ferreño, Pep Munné, Aloma Romero (de quien, como Jardiel escribió en su antecrítica de Elvira Noriega, espera que sea una revelación), Nicolás Romero, Juan Lombardero, Nuria Benet, Susana Lois y Gemma Cáceres. La escenografía es de Alfonso Barajas.
Cuenta «Las cinco advertencias de Satanás» la peripecia de Félix, un adinerado golfo que siempre está rodeado de mujeres guapas; cuando se cansa de ellas, le paga un dinero a su amigo Ramón para que se quede con ellas. «La obra no tiene nada que ver con el estilo habitual de Jardiel; la podía haber firmado Noël Coward...» El actor Pep Munné, presente en la conversación e intérprete de Félix, el protagonista, apostilla: «El lenguaje es extraordinario; ya no se escribe así. No hay un cínico mejor
descrito que Félix. Y es el personaje más brillante de la función». «Y parece que fue escrita ayer —añade Pérez Puig—; es absolutamente moderna. La obra es inteligente, con una mezcla perfecta de drama y comedia, con un humor sutil y un lenguaje preciso».
