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Al final hubo suerte: ni rastro de lluvia. Días de tormenta y una predicción meteorológica nada halagüeña hacían prever que esta sería la peor Fashion Night Out de Nueva York en sus tres años de historia. Y es que la lluvia no se lleva bien con los tacones de vértigo y es el enemigo público número uno de cualquiera que haya pasado horas en una peluquería.
«El huracán Irene no hubiera podido impedir la Fashion Night Out». Así de rotundos se mostraron algunos incondicionales cuando el perfil oficial de la organización preguntó en Twitter a los neoyorkinos si temían la presencia de la lluvia. Que al final no cayera ni una gota ayudó a que la noche fuera un éxito.
Miles de personas se lanzaron a la calle para compartir el fulgor de este carnaval de moda, música y champán que atrae en Nueva York a devotos de todas partes del mundo, llegados a la ciudad para participar en la Semana de la Moda y en los fastos que la rodean.
Durante una noche no hay tienda, por pequeña que sea, que no cuente con la actuación de un artista de moda o la presencia de las estrellas más «trend-setters» del cine y la televisión.
El negro, protagonista de la noche
Sarah Jessica-Parker, más conocida por su papel de Carrie Bradshaw de «Sexo en Nueva York», pasó gran parte de la velada en la tienda de Manolo Blahnik en el Soho. Parker, vestida de cuero negro, no dejó de firmar autógrafos en suelas de zapatos en toda la noche y conversó con todos los fans que se le acercaron.
Patricia Field, la que fuera estilista de Parker en la popular serie, hizo acto de presencia en la tienda de Prada de la Quinta Avenida, donde se fotografíó con una larguísima hilera de fans. Conocida por sus estrambóticos modelitos, el «total look» de Field también fue en negro. Sin duda, el color de la noche.
Fiestas y actuaciones privadas
Aunque la mayor parte de los eventos están abiertos al público, ergo llenos a reventar, algunas marcas prefieren reservar esta noche para fiestas privadas. Un ejemplo fue Versace: solo los portadores de una codiciada invitación pudieron acceder a su tienda de la Quinta Avenida y ver a Drake actuar en vivo. Quienes esperaban que los fans se aglomerasen a la salida para ver al rapero se confundieron. ¿A quién le importa Drake si en la siguiente tienda están, digamos, Vanessa Hudgens o Justin Bieber?
Yves Saint Laurent contó para la ocasión con la presencia de Nicki Minaj. La cantante de estética «ghetto-cool», conocida por su afición a las pelucas y los trajes fluorescentes, asistió como anfitriona a una celebración en honor del nuevo bolso de la firma: el Cabas Chyc. La cola para presenciarlo era interminable.
Durante una noche el templo de los diamantes de Nueva York, Tiffany & Co., se convirtió en una discoteca glam de los 70 para promocionar la nueva línea de joyería llamada «Era». Para animar la noche contaron con la actuación de Leighton Meester, quien interpreta a Blair Waldorf en «Gossip Girl», y su banda Check in the Dark.
No podía faltar una aparición estelar de Anna Wintour, editora de Vogue en EE.UU., en algún sarao. Wintour, quien ideó en 2009 la Fashion Night Out como una forma de animar las ventas durante la recesión económica, firmó copias del número de septiembre de Vogue en la fiesta del exclusivo canal de compras QVC, a la que también asistieron Heidi Klum e Isaac Mizrahi.
