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El acto, que se celebrará mañana en Toledo, incidirá en la difícil situación
Día 09/10/2011
Las asociaciones que trabajan con enfermos mentales atraviesan una situación angustiosa, adeudan alquileres y nóminas y tienen «dificultades enormes» para comprar comida para sus centros ocupacionales y viviendas supervisadas, pero la Junta no puede solucionar de inmediato un problema que conoce y entiende.
En vísperas del Día Mundial de la Salud Mental —se celebra cada 10 de octubre—, la dura situación que atraviesan los integrantes de las 16 asociaciones que componen la Federación de asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental de Castilla-La Mancha (Feafes), una entidad sin ánimo de lucro que se constituyó hace quince años y cuyas asociaciones atienden a 2.000 personas, incluidos los familiares, y tienen 170 trabajadores.
Estas asociaciones gestionan centros ocupacionales, centros de rehabilitación, residencias, viviendas supervisadas, centros especiales de empleo y centros de rehabilitación para personas con enfermedad mental, pero también ofrecen un valioso apoyo a las familias teniendo en cuenta que la enfermedad mental aparece en edades cada vez más tempranas.
«Somos conscientes de la crisis, claro que lo somos, pero las personas que atendemos son un colectivo muy vulnerable, en riesgo de exclusión social, y con un estigma que rodea la enfermedad mental que luchamos día a día para eliminar, pero que es muy difícil», explicó Montse Vázquez, coordinadora de Feafes.
Feafes recibe sus fondos de la Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha (de cuyo patronato forman parte) mediante pagos mensuales. A día de hoy, las asociaciones que no gestionan recursos (las que trabajan con familias) han recibido únicamente el pago de enero y febrero y las que gestionan centros ocupaciones o viviendas han recibido también marzo y, algunas, parte de abril.
Dramática situación
Es todo.Montse Vázquez enumera que estos colectivos se han «mantenido» estos meses con líneas de crédito que ya han terminado «porque ahora mismo el aval de la Junta es papel mojado y los bancos no nos dan crédito o lo que nos proponen es a un interés que raya la usura».
Estas entidades adeudan alquileres y nóminas, han pagado con retraso la Seguridad Social y tienen «dificultades enormes para dar comida en los centros y viviendas porque los proveedores no nos dan crédito ya», asegura Vázquez.
Feafes es miembro del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha (Cermi), que acaba de recibir del Gobierno regional algo más de 5 millones de euros con lo que ha pagado un porcentaje (entre un 18 y un 33%) del segundo semestre de 2011 a las asociaciones que trabajan con discapacitados.
Pero no han cobrado nada los colectivos vinculados a la salud mental, que dependen de la Fundación Sociosanitaria y que el jueves mantendrán una nueva reunión con el secretario general de Sanidad y Asuntos Sociales, José Miguel Benito.
El director general de mayores, discapacitados y dependientes, Juan José García, conoce perfectamente esta situación, según explican, y hace un reconocimiento público a todas estas asociaciones, pero también advierte sobre su financiación.
«No puedes sustentar un sistema social si no hay una base sólida de financiación», según García, quien añade que los problemas de financiación no solamente lo tienen las entidades sin ánimo de lucro sino también la Administración regional.
En su opinión, uno de los principales problemas de estas asociaciones es «su dependencia casi absoluta» de la Junta y que necesitan que la periodicidad de pagos sea «muy correcta» porque de lo contrario no «digieren» ese problema de tesorería. Y recuerda que si en 2003 el Estado aportó al Gobierno de Castilla-La Mancha 268.000 euros para programas de discapacidad, este año sólo ha remitido 68.000 euros.
García defiende la existencia de los centros ocupacionales y otros recursos asistenciales, pero no habla igual de los centros especiales de empleo, que reciben cuantiosas ayudas.
