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«Los radares fallan y se han convertido en cajas recaudatorias»

«Los radares fallan y se han convertido en cajas recaudatorias» ABC

amalia f. lérida

Al presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, no le pilla por sorpresa la conflictividad del puente del Centenario, que aparece en un estudio realizado en 2008 por el colectivo sobre los radares más activos de España, en función del volumen de denuncias

Según datos oficiales que baraja, que el total de sanciones ese año en toda la provincia se elevaron a 127.878 y que el resto de las multas se reparten por la AP-4, dirección Cádiz, que concentró el 40% y la A-92, en el punto kilométrico 113,100, con un 30% de todas los gravámenes.

Hay menos coches

No obstante, Arnaldo destaca que la cifra total de 2010 bajó respecto a 2009, ejercicio en el que se tramitaron 130.394 denuncias en la provincia de Sevilla. Achaca las razones a que, por mor de la crisis, «la gente coge menos el coche, hay menos vehículos en movimiento, no porque haya mayor concienciación ni las carreteras estén mejor señalizadas».

«También hay problemas —señala— en los radares que captan a los infractores porque no funcionan bien y en la tramitación. Fíjese que se han dado caso de haber multado a una misma persona por cometer dos infracciones distintas en el mismo sitio en tres minutos, cuando con ese margen a uno no le da ni tiempo de hacer una maniobra para girar».

Relata que en toda la provincia de Sevilla, los tres puntos que más infracciones detectan son la A-4 dirección Madrid, en el punto kilométrico 482,2 en donde el límite de velocidad se establece en 120 kilómetros por hora; la A-92, dirección Sevilla, en donde no se puede ir a más de 100 kilómetros por hora y en cuyo punto kilométrico 83,8 los conductores se despistan más; y, por último, la SE-30 dirección Cádiz, en el punto kilométrico 10 y con un límite de velocidad de 60. Arnaldo denuncia que la Administración, a la vista de las sanciones que se registran en dichos puntos, no se haya planteado ya qué está pasando y siga recaudando dinero y quitando puntos a los automovilistas.

En su opinión, los radares son elementos preventivos, no recaudatorios pero, al parecer, «hoy día se han convertido en auténticas cajas registradoras».

«La multa es el último recurso —sigue— y la Administración cuando está pasando lo que está pasando debe preguntarse si es por falta de visibilidad, porque las señales son equívocas o por cualquier otra razón que pueda estar causando tantas infracciones».

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