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Kukleta, el adiós de un díscolo

El checo, recordado por su fútbol desgarbado y su vida fuera del campo, falleció ayer, a los 46 años

Kukleta, el adiós de un díscolo abc

m. g.

Fue siempre a su aire, pero los que lo trataron de cerca destacan su bonhomía e, incluso, timidez. Roman Kukleta nació en Brno (antigua Checoslovaquia) el 21 de diciembre de 1964 y se dedicó al fútbol. Le gustaba su deporte pero su profesionalidad era, en ocasiones, discutible . Fumador empedernido, fuera de los campos hacía poco caso a las recomendaciones de salud. Su cuerpo dijo basta ayer en su localidad natal con sólo 46 años . En su país la noticia supuso un escalofrío en el fútbol local, mientras que llegó a Sevilla horas más tarde para provocar una sensación similar entre quienes le recuerdan en aquellos años de inicio de los noventa en los que el Betis campaba en Segunda buscando recuperar el prestigio perdido .

Fue el primer fichaje de Manuel Ruiz de Lopera pero sin que éste fuera aún el presidente, ni el máximo accionista. Llegó al Betis en diciembre de 1991 después de varios meses de negociación y con la bendición de su compatriota Josef Jarabinsky, entrenador entonces del Betis, donde ya habitaban Bilek y Grussmann . Fue controvertida su llegada por el anunciado desembolso económico ( 90 millones de pesetas ) para un Betis en crisis y porque llegaban historias de todo tipo por su ausencia en partidos con el Sparta de Praga, equipo con el que había sido máximo goleador de su liga la campaña anterior con 18 tantos . Se suponía que media Europa se peleaba por conseguir los servicios de este delantero pero Lopera se atribuyó el mérito de contratarlo y ya hablaba entonces de un «grupo financiero» que se encargaría de avalar el fichaje, que le saldría «gratis» al Betis .

Kukleta llegó y convenció con un gol en su estreno ante el Castellón. Lo hizo sin pasar antes los reconocimientos médicos, dato curioso . Pronto empezó a ver partidos en la grada, como le sucedió en el 0-0 ante el Athletic B que supuso la destitución de su valedor, Jarabinsky . Mesones se hizo cargo del equipo y sí contó con él, incluso en la promoción ante el Dépor, en la que marcó un tanto en el partido de vuelta que fue anulado y que habría supuesto el ascenso verdiblanco. Se acordaría de ello toda su vida . Luego se le recuerda su primera parte en el Trofeo Ciudad de Sevilla del 92 ante el Barça campeón de Europa, cuando se desfondó y tuvo que ser sustituido. D'Alessandro ya no lo quería y su participación fue diluyéndose hasta que volvió a su país tras anotar seis goles en 28 partidos en año y medio como bético y compartir vestuario con Mel y Gordillo.

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