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«El hormiguero», un programa para perder la cabeza

Un truco de magia en el que Dani Martín fue «decapitado» obliga al espacio a disculparse

ROSA BELMONTE

No fue Dani Martín quien perdió la cabeza. La perdió quien llegó a escribir en la Wikipedia que había muerto. Y todo por ver en «El hormiguero 3.0» (Antena 3) cómo una guillotina de pega seccionaba la cabeza del cantante. Y cómo Pablo Motos daba paso a publicidad tras la caída de la cabeza en el cesto, fingía que algo había salido mal y se despedía diciendo que al día siguiente explicarían lo sucedido. Todo esto pasaba en «El hormiguero», no en «Informe Semanal». Aun así, las redes sociales se llenaron de comentarios. Estaban los encantados con el truco, los molestos por lo que consideraban una broma macabra, los que lamentaban que no fuera cierto y los otros. Además, el Twitter oficial del programa participó en la ambigüedad, asegurando que todavía no sabían qué había pasado. Dani Martín tuiteó que estaba vivo, pero el lío ya se había montado.

D En «Cultura basura, cerebros privilegiados», Steven Johnson sostiene que la cultura popular de hoy obliga a sus consumidores a realizar complejas tareas cognitivas y que el espectador actual no tiene la inocencia del de hace años. Pero muchos espectadores actuales no parecen más espabilados que los que en 1938 creyeron que los extraterrestres habían llegado a la Tierra al escuchar por la radio la adaptación que de «La guerra de los mundos» hizo Orson Welles. Para calibrar a un cierto tipo de público cándido no hay que ir a «El hormiguero». Ni a los call TV . Ni a los negocios televisivos de videntes. El 1 de abril de 1998, Burger King anunció en los periódicos de EE.UU. el lanzamiento de un Whopper para zurdos. «Con los mismos ingredientes que tu hamburguesa de siempre pero con la capacidad de girar 180º para saborearla como nunca». Al día siguiente la compañía aclaró que era una broma y que su Whopper podía ser comida por zurdos, diestros y ambidiestros. En ese momento,

miles de personas pedían su hamburguesa para la mano izquierda.

«Yo creo que estaba claro que era una broma, siento si tan mal hemos hecho, por mi parte, disculpas», era uno de los mensajes de Dani Martín. Pablo Motos pidió perdón en «La ventana», el programa de Gemma Nierga: «Nunca dijimos que había muerto Dani Martín, no engañamos». Tener que dar semejantes explicaciones es tan preocupante como leer en las instrucciones de un microondas que no es apto para secar gatos. «Hicimos un truco de magia antiguo que se empezó a hacer en el siglo XVIII después de la Revolución Francesa», continuó. Y sobre la intención de liarla: «Si se sabe seguro que no es verdad, no hay broma». También recordó que Chicho Ibáñez Serrador en el «Un, dos, tres» hacía cosas parecidas. Por la noche, Motos continuó explicándose en su programa. La cabeza emancipada de Dani Martín, también.

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