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Javier Martín Domínguez. director del festival de cine europeo de sevilla

«Pese a la crisis, invertir en cultura sale rentable y nos hace mejores personas»

El próximo viernes se estrena la octava edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, dedicada al cine ruso y que ha sufrido un importante recorte presupuestario

«Pese a la crisis, invertir en cultura sale rentable y nos hace mejores personas» ANTONIO ACEDO

JESÚS ÁLVAREZ

En agosto, dos meses después del cambio de Gobierno en el Ayuntamiento, la situación era crítica en el Festival de Cine, sin estructura organizativa y con apenas casi la mitad del dinero que en la anterior edición, tras la retirada de la Junta de Andalucía y los recortes municipales . Finalmente, se ha salvado esta octava edición, que se inaugura el viernes, aunque será probablemente una edición de transición no sabe aún hacia qué.

—¿Se puede hacer un certamen digno con 1.100.000 euros ?

—Para que el Festival de Sevilla esté en condiciones, se necesita bastante más dinero. Creo que Sevilla reclama un festival de gran nivel porque un buen festival es un gran beneficio para la ciudad. Sevilla tiene un nombre en el mundo que es una garantía de éxito para cualquier iniciativa, pero esta edición se ha tenido que ejecutar en muy poco tiempo y eso provoca la ansiedad de no saber si vas a llegar a puerto con el trabajo bien hecho. La ilusión nos ha hecho superar muchas barreras, pero yo no estoy aquí para hacer un festival pequeño.

—¿Se trata de una edición, pues, de transición?

—Todos entendemos la situación económica y no se le pueden pedir peras al olmo. Hay lo que hay. Nos hemos acomodado a la situación, pero sin duda el festival debe replantear tanto su presupuesto como su organización para hacer de verdad el festival que le corresponde a Sevilla. Esta edición trataremos de cumplirla bien y ser eficaces para la industria y llenar las salas. Luego habrá que replantearse la situación. Sevilla tiene que dar un salto cualitativo; si no se verá enredado en la maraña de gastar poco dinero y hacer un festival poco rentable. Bajar el nivel sería traicionar a Sevilla.

—¿Es realmente posible en un festival de cine hacer «más por menos»?

—Hacemos lo que podemos. Hemos sufrido una merma de dinero, pero también es cierto que hemos recibido nuevos apoyos. Contamos con más lugares de exhibición y con más instituciones tanto nacionales como internacionales que no nos dan dinero pero sí recursos, como películas que ya nos vienen subtituladas y eso es un ahorro de dinero.

—¿Qué destacaría más de esta edición?

—Su internacionalización y su apertura de miras. Va a haber películas asiáticas gracias a la colaboración con Casa Asia. Va a haber muchos trabajos sobre cine digital, además de un foro de industrias culturales. Hay mucha más actividades profesionales enfocadas a la industria.

—El Festival descubrió en 2006 una de las mejores películas de ese año y, tal vez, de la década, «La vida de los otros» (hoy la ofrece ABC con el periódico), que fue rechazada por otros festivales y ganó el Giraldillo de oro y luego el Oscar. ¿Se repetirá este año?

—Eso es difícil de repetir, pero el año pasado también tuvimos la película que ganó el Oscar. Yo veo más hitos en el festival, como la venida de Roberto Saviano o Christopher Lee.

—¿Y este año quién viene?

—Para mí lo importante es la industria, que ya tiene a Sevilla como referencia, y las películas que vienen. Hay una gran calidad en la sección oficial y en las otras secciones. Poder contar por ejemplo con Michael Radford y su última película me parece algo increíble.

—En esta edición, la más internacional y digital de la historia del festival, según usted, participan varias películas en blanco y negro. ¿Es una moda o una reacción a tantos efectos especiales y al abuso del 3D?

—Sí, son cuatro películas en blanco y negro las que podrán verse aquí. En cierto modo volver al blanco y negro es aquilatar el lenguaje del cine y llegar a otras fronteras. Mi hijo vio el otro día en la tele una película en blanco y negro y no daba crédito: me decía que la tele había perdido los colores. Cuando le explicas que antes las teles eran así, les cuesta creerlo. Un creador a veces llega más al corazón de las historias prescindiendo de la paleta del color. Para los operadores actuales es un gran reto y un festival es un buen sitio para probar eso.

Izquierda y derecha

—¿Se nota la diferencia entre trabajar para un ayuntamiento de izquierdas y uno de derechas?

—Yo me meto muy poco en política, pero el aliento que le dio Zoido al festival el otro día, en la presentación, me pareció fantástico.

—Pero Zoido le ha quitado dinero. ¿Le cree cuando dice que el festival no se va a cancelar en ningún caso?

—Sí. Claro que lo creo.

—Rita Barberá se ha cargado la Mostra de Cine de Valencia...

—Yo creo que no todos los festivales son iguales. No hay que confundir los niveles de los festivales. En España hay unos cuantos festivales punteros, entre los que se ha podido colocar Sevilla.

—¿Le parece que hay demasiados festivales de cine en España?

—Hay muchos festivalitos, muestras, semanas, lo cual está muy bien, pero el término festival debe consagrarse para los grandes eventos de estreno y de apoyo a la industria. Y en ese paquete no estamos más de 6 en España.

—La Junta le ha quitado este año los 140.000 euros que le daba al Festival, mientras sigue dándole más de 200 millones de euros cada año a Canal Su. ¿Le parece justo?

—Creo que mientras más apoyos reciba el festival de Sevilla, mejor; la Junta ha dicho que no tenía dinero y que sólo mantenía la aportación a Granada y Huelva, porque eran festivales en los que mantenía la capacidad de decisión. Pero lo importante es ver la rentabilidad del dinero que se invierte.

¿La cultura puede ser la principal víctima de la crisis?

—Ojalá no. Si vamos a dejar sin pinceles a Velázquez o sin pluma a Cervantes, entonces este país no existiría. La cultura es básica para un país.

—¿Cree que puede ser más rentable para los poderes públicos invertir en cine que en astilleros?

—La industria de la cultura tiene un recorrido muy importante para exportarla y para hacernos más grandes como país. Si los astilleros llevan aparejadas nueva tecnología que nos haga vivir mejor, bienvenida sea, pero la industria de la cultura genera una gran economía y además nos hace mejores personas. Es una ecuación infalible porque hace dinero y mejora la conciencia de los ciudadanos.

«Capitán Trueno» y «Tintín»

—González Macho, presidente de la Academia de Cine y productor de profesión, se ha burlado de la película española sobre el Capitán Trueno, de la que ha dicho que «es un pestiño», mientras ha dicho que «Tintín» «será la hostia». Ahora le llueven las peticiones de dimisión. ¿Le ha traicionado la sinceridad?

—Creo que él ha planteado un nivel de exigencia alto para el cine español y eso es bueno. Creo que en España hay que apostar más por las coproducciones para mejorar la calidad de nuestro cine. Es una garantía que varios ojos vigilen una historia.

—¿Por qué cree que el cine español no acaba de ser aceptado por el público español, a diferencia de otros países como Francia o Gran Bretaña, que prefieren lo suyo a lo de otros países?

—Los españoles somos un poco desastrados. Además, el cine español está muy refugiado en el gran talento para el cine de autor, pero le cuesta mucho afrontar seriamente la alta producción. Las películas tienen que tener un retorno económico y no se pueden gastar cientos de millones en obritas de autor que no pueden ser rentables en la vida.

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