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Galicia / la lupa

La portavocía abaratada

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Guillerme Vázquez demostró su nivel ético y respeto institucional al aplaudir al rapero que mandó «a tomar por culo», literalmente, al titular de la Xunta

Día 18/11/2011

EMPUJADOS por unas encuestas electorales que les convierten en la única formación de izquierdas que no se aprovecha claramente de la catástrofe socialista, los nacionalistas gallegos del BNG han endurecido el fondo y la forma de su mensaje en los últimos días de campaña. Insultos lusistas en abierta competencia con los exabruptos en gallego normativo que han marcado la aparentemente fracasada estrategia de sus socios del PSOE, más empeñado en intentar desacreditar a los candidatos ajenos que en explicar las supuestas virtudes de los propios.

Y no es que el actual líder de la coalición se caracterice por la finura dialéctica en sus argumentaciones. Menos bonito, ha llamado de todo al presidente de la Xunta no ya desde el comienzo de la cansina quincena previa a la jornada electoral, sino desde que fue ascendido a portavoz del BNG. Hay que convenir que el paulatino abaratamiento del puesto hace que sea irreconocible como antiguo asiento del mordaz Xosé Manuel Beiras.

Con todo, ni en sus más cavernícolas exposiciones ha llegado a la profundidad ideológica de su rapero de cámara. Guillerme Vázquez demostró su nivel ético y su respeto institucional aplaudiendo rabiosamente al niñato que se permitió mandar, literalmente, a tomar por culo al titular del Gobierno gallego, en un mitin de Pontevedra volcado después en la página web oficial de la formación que representa. Sería interesante analizar si repite el exabrupto, o los vítores, ante el interpelado.

Resulta con todo extremadamente chocante que quienes dicen defender la educación pública con la vehemencia con la que dicen querer protegerla los dirigentes nacionalistas, aplaudan luego con vigor a quien suelta un sonoro «que te jodan» a Alberto Núñez Feijóo por la apuesta de su gabinete en favor de la enseñanza trilingüe. Más que apoyo a la cultura parece repetición de la táctica totalitaria de apartar a los ciudadanos del saber, como método infalible para poder coartar sus libertades.

Es una muestra más del seguidismo del BNG respecto a las posturas que adopta el PSOE. Carentes de estrategia propia, secundan la ajena por la vía de la crispación. Mala táctica, a tenor de los sondeos que aventuran al BNG un estancamiento en sus dos escaños actuales, cuando no reducen a un solo diputado su representación en el Congreso de los Diputados. Se trata de la señal más clara de la opinión de los gallegos sobre quienes se intentan imponer como salvapatrias.

En su mítin de ayer casi roza el portavoz Guillerme Vázquez la altura de su elocuente cantante. El dirigente nacionalista, que no se presenta a estas elecciones, aunque a su nivel intente protagonizarlas, se permitió explicar en un mercadillo compostelano que su coalición no tendrá representación si los gallegos no le votan. Es una de esas aclaraciones que serían innecesarias en una Galicia trilingüe.

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