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«Los resultados evidencian una importante pérdida de credibilidad de nuestro proyecto político», reconoció ayer Miquel Iceta, portavoz y viceprimer secretario del PSC, al que correspondió el dudoso honor de comparecer ante la prensa para informar de la reunión de la Ejecutiva. No lo hizo Carme Chacón, candidata del PSC, quien abandonó la reunión antes de que ésta concluyera sin dar explicaciones, pese a que la Ejecutiva se había pospuesto para que pudiera asistir a ella tras participar en la Ejecutiva Federal del PSOE.
Un encuentro en el que se produjo un «vivo debate» sobre los motivos que han llevado al PSC a perder 760.000 votos y once escaños. Se cuestionó la invisibilidad de los diputados del PSC en el Congreso de los Diputados, el calendario fijado por la dirección de José Montilla, quien pese a dimitir sigue en funciones tras tres derrotas electorales, y las contradicciones entre la campaña planteada por Rubalcaba y la gestión del Gobierno de Zapatero. Pero nadie asumió la responsabilidad en primera persona ni hubo dimisiones en bloque, porque esta Ejecutiva, como señaló insistentemente Iceta, «se encuentra en tiempo de descuento».
El portavoz no quiso desvelar si optará a la dirección el partido en el congreso que el PSC celebrará en tres semanas, pero reconoció que en el cónclave debe producirse «una renovación muy a fondo» con varias candidaturas.
Mientras el PSC oficiaba su funeral, CiU y PP hacían su interpretación del resultado. La federación, tras la inesperada victoria, insistía ayer contra viento y marea en que el «triunfo» fue del pacto fiscal, la condición que pone CiU a cualquier tipo de colaboración con el PP. «Que nadie cuente con nosotros para una colaboración estable si no resuelven los problemas de Cataluña, empezando por el pacto fiscal (...) Si quieren colaboración ya lo saben: pacto fiscal», resumió Duran.
La insistencia de CiU en condicionar su apoyo a un nuevo modelo de financiación se estrella con los 186 diputados del PP, partido que ya ha explicado de manera reiterada que, ahora mismo, la única prioridad es la salida de la crisis, y que luego ya se verá cómo se revisa la financiación autonómica.
La presidenta del partido, Alicia Sánchez-Camacho, de un manotazo, tumbó los castillos en el aire que se construyen en CiU. La realidad, vino a decir, es inapelable: el PP no necesita a los nacionalistas en el Congreso, pero CiU sí necesita a los populares en el Parlamento autonómico.
