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Deportes / COPA DAVIS

El amigo infatigable

Tenista de largo recorrido, de los que nunca se cansan, Pico es íntimo de Rafa Nadal. Comparten muchas sesiones de trabajo y se divierten con el fútbol o jugando a las maquinitas. Hoy es su rival

Día 02/12/2011

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Mónaco sonríe junto a Rafa Nadal, obedeciendo a las indicaciones de los tenistas, y cambia de cara cuando desde un palco del Lope de Vega le gritan «¡Dale, Estudiantes!». Entonces se ríe también Nadal porque comparte con su íntimo amigo la pasión por el equipo de La Plata, una querencia inculcada en el balear después de que ambos hayan compartido batallitas desde los 14 años. Hoy, a partir de las 14.00, se desafían en el primer punto de la Copa Davis.

Todos contaban con Mónaco para jugar el viernes porque el físico de Nalbandian le da la espalda y le reduce ante la posibilidad de competir tres días seguidos a cinco sets. De hecho, aunque el cartel anuncie que el domingo toca Ferrer-Mónaco en el caso de que haya quinto duelo, se asume que para entonces estará Nalbandian. «Va a ser muy difícil, será un gran reto jugar el primero punto contra un amigo como Rafa y más representando a mi país», explica animado Mónaco, también de Tandil como Del Potro, un debutante que repite una y otra vez la palabra desafío.

La amistad entre Nadal y Mónaco va más allá de las partidas a la maquinita en la sosería de los ratos libres en cada torneo. Se conocen desde que estuvieron juntos en Barcelona siendo críos y el español siempre repite que tiene en Pico a uno de los mejores apoyos en el vestuario, tan evidente la buena relación que Nadal le regaló un pellizco en la nalga al verse en Sevilla que dio la vuelta al mundo. Hoy no le desea buena suerte: «Quiero que a mis amigos les vaya bien en la vida, me llena de felicidad. Pero que no ganen esta, que ganen a partir del año que viene», apunta.

Mónaco no tiene el talento de Del Potro ni el revés de Nalbandian, pero complementa al equipo con un físico impresionante. Jamás da una bola por perdida, es ágil como pocos y cuando tiene el día inspirado se convierte en un tenista muy peligroso. Su final de temporada le convierte en una amenaza real, aunque le falte un golpe de autoridad para estar entre los mejores tenistas. «Ha acabado muy bien el año, tiene potencial, ritmo muy alto, físicamente es especial, con un ritmo de piernas muy bueno y es muy sólido con el revés y el drive. O juego bien o no le voy a ganar», le piropea Nadal. Lo dice porque ha compartido con él cientos de horas de entrenamientos.

Habla desde el ferviente patriotismo argentino. «Nos falta la Copa Davis. Argentina tiene casi de todo, pero nos falta la Davis», insiste. Le toca abrir fuego contra el mejor tenista del mundo en polvo de ladrillo, como dicen los argentinos cuando se refieren a la tierra, y encima es contra un amigo. «Me olvidaré durante unas horas», advierte. La Davis pesa más que cualquier otra cosa.

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