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final de la copa davis

Una pareja en punto muerto

Argentina se mantiene viva al aprovechar la mala compenetración entre López y Verdasco, que apuntan al adiós

Una pareja en punto muerto FOTO: afp / VÍDEO: ATLAS

enrique yunta

El bochorno se intenta suavizar cuando Fernando Verdasco , sin que se le reclame, toma la palabra al terminar la rueda de prensa y protege a tumba abierta a su compañero, flagelado como penitencia después de que Argentina arrolle a la pareja española por 6-4, 6-2 y 6-3 y mantenga viva la final de esta Copa Davis. «Perdonad, una cosa. Puede que sea verdad que no haya sido su mejor día, pero Feliciano lo ha intentado todo y es muy duro un día así en una final de Davis . Ya sabéis que es como mi hermano y sé que lo está pasando mal. Así que si sois españoles y queréis que España gane esta final, os pido que le deis un aplauso». Y obedece buena parte del auditorio que deja la pluma y el micrófono y se convierte en afición mientras López se emociona y le da un beso, crucificado porque se le señala como principal culpable de la derrota en un juego que se practica por parejas. La de España, después de lo visto en Córdoba y ayer en Sevilla , está condenada.

Empieza desde ya el trabajo para Albert Costa , que tiene la misión de encontrar un tándem de garantías para las citas del futuro y que no termine por ser un parche. En La Cartuja, con el Rey y el Príncipe de Asturias como testigos, Verdasco y López patinan sin freno y se consuma el trompazo desde que en el quinto juego pierden el saque, el principio de un fin tan previsible que las dos horas de partido se hacen eternas para los locales. «Esta pareja saca lo peor el uno del otro», explica Alberto Berasategui , entrenador de un Feliciano que ante las cámaras tiene un arrebato de sinceridad poco común entre los deportistas: «No he entrado en ningún momento. Fer ha estado muy positivo, intentando levantarme el ánimo siempre. Hoy es uno de esos días en los que me gustaría desaparecer . Ha sido, con diferencia, mi peor partido de la Copa Davis. Me reconforta saber que gracias a mi punto en Austin —en cuartos, contra Estados Unidos y sin Rafa Nadal en el equipo, el toledano ganó a Fish— estamos aquí».

Pareja por conveniencia desde Bielorrusia en 2006, Sevilla parece el destino final del matrimonio entre López y Verdasco , que tira la raqueta al suelo y se golpea por fallar golpes a lo Cardeñosa. «¿Qué hay de lo nuestro?», piensan ambos, frase que se enlaza con el «tenemos que hablar» y que avanza un desenlace trágico. «Después de lo de Córdoba, han hecho un trabajo muy serio, se han preparado a conciencia, pero el resultado no ha sido bueno. Ahora bien, estamos aquí por ellos », les defiende Albert Costa en repetidas ocasiones, sin querer hablar demasiado del mañana: «Estamos concentrados en este año y habrá que trabajar. Ellos siempre se han compenetrado bien, pero también consideramos a otros jugadores», analiza Costa. «El año que viene hay Juegos Olímpicos y será complicado jugar el dobles, habrá que plantearse las cosas», apunta Feliciano. Respuesta elocuente. Mientras, Eduardo Schwank y David Nalbandian siguen a lo suyo, desangrando a un rival sin chispa y que asume la decadencia antes de regalar la historia del día en la sala de prensa y que se resume con ese beso de despedida.

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