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El Gobierno de La Rioja envió ayer por escrito su propuesta a la consejería vasca de Sanidad en la que ha aceptado volver a prestar atención médica a los pacientes alaveses, según informaron a EFE fuentes del departamento que dirige Rafael Bengoa. El Gobierno Vasco analizará ahora con detenimiento la iniciativa y tratará de cerrar un acuerdo con el ejecutivo del presidente riojano, Pedro Sanz (PP), señalaron las mismas fuentes, que no han facilitaron más detalles del contenido de la misma. Tampoco confirmaron si se celebrará finalmente la reunión entre el consejero riojano de Sanidad, José Ignacio Nieto, y su colega Rafael Bengoa, prevista para primera hora de hoy lunes en Logroño, que queda condicionada a la consecución de un acuerdo. «Sólo habrá reunión si hay acuerdo», indicaron las fuentes.
Tras conocer dicha información, fuentes del Gobierno riojano precisaron que la negociación entre los dos Ejecutivos sigue y que —al cierre de esta edición—no hay cerrado ningún acuerdo. Asimismo, indicaron que el Gobierno de Sanz solo hará pública su postura cuando se cierren las negociaciones, por lo que no está confirmado que hoy ambos consejeros de Salud vayan a mantener una reunión, como se anunció el viernes.
El Gobierno Vasco había anunciado ayer que esperaría hasta el último momento a que le llegara el planteamiento de La Rioja para tratar de solucionar el conflicto que enfrenta a ambas comunidades autónomas. El contencioso comenzó el pasado mes de septiembre cuando La Rioja dejó de dar atención médica especializada a los pacientes de los pueblos limítrofes de La Rioja alavesa.
El hospital de Logroño y los centros de salud atienden a unos 30.000 pacientes procedentes de localidades cercanas de Navarra y del País Vasco. Los centros sanitarios riojanos están apenas 3-10 kilómetros de sus hogares. Si tuvieran que acudir a los hospitales de Vitoria o Pamplona deberían recorrer una distancia de más de cien kilómetros. La Rioja asegura que la atención diaria de estos pacientes se ha convertido en una situación económica «inasumible» para las arcas autonómicas. Ante esta situación, el presidente riojano pidió al Gobierno vasco una compensación económica o la contraprestación de servicios por la atención que presta cada año a los pacientes alaveses y que, en términos económicos, puede rondar los 7 millones de euros.
Además el pasado viernes, el Ministerio de Sanidad trasladó un requerimiento al ejecutivo riojano para que volviera a atender a los pacientes alaveses, una exigencia que Sanz calificó de «frívola» y aseguró que no iba a aceptar ese proceso administrativo, que ha sido la «única aportación» que ha hecho la ministra en funciones, Leire Pajín.