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Con mucha menos polémica que la suscitada con el País Vasco, La Rioja ha firmado hoy con Navarra un acuerdo, también transitorio, por el que los pacientes del municipio navarro de Viana volverán a ser atendidos en Logroño a partir del 15 de diciembre. A cambio, Pamplona prestará asistencia a los riojanos en determinadas especialidades.
El consejero riojano de Salud, José Ignacio Nieto -que firmó el acuerdo con su homóloga navarra, Marta Vera-, destacó la buena sintonía con el Gobierno foral en la negociación, entendimiento que confía en que continúe hasta llegar a un convenio definitivo.
Al igual que el rubricado el miércoles con el País Vasco, este acuerdo transitorio permitirá a los servicios de salud de La Rioja y de Navarra establecer el volumen exacto del flujo de pacientes que existe entre ambas comunidades para poder llegar a un acuerdo definitivo. De plazo se ha marcado el mismo que con Vitoria: hasta el 29 de febrero.
Para La Rioja es fundamental que el convenio final «establezca el equilibrio económico en esta materia y determine quién se hará cargo y cómo de las diferencias que se pueden generar en el flujo de atención a pacientes», declaró Nieto. La Rioja está dispuesta a prestar atención, pero no a costa de sus recursos. Cree que cada autonomía debe asumir los gastos que le corresponden y de eso mismo habló ayer también el presidente riojano, Pedro Sanz, al valorar el acuerdo alcanzado con el País Vasco.
El Gobierno de Patxi López ya dejó claro que no está dispuesto a pagar para que los alaveses sean atendidos en La Rioja y traslada el problema a España, con la idea de que en el seno del Consejo Interterritorial de Salud se puedan aportar soluciones. Pero Sanz se mostró en contra de que se pague a través del Estado «porque se rompería el propio sistema de financiación». «Es que lo pagaríamos dos veces; si La Rioja recibe unos recursos para prestar a la población marcada la atención sanitaria y por tener una población cercana a la que prestar un servicio añadido se lo pagan sin descontárselo al otro, el otro está teniendo más recursos económicos».
«Ya sabe lo que le queda»
No comparte por ello tampoco que la financiación salga del Fondo de Cohesión Nacional, como espera el Gobierno vasco, del que dijo que «será su problema» y, si no, «ya sabe lo que le queda, o hay una vía de compensación económica para lograr el equilibrio o, desde luego, La Rioja no va a cargar con los costes que suponen esos servicios». Cree, en todo caso, que una solución definitiva a la cuestión pasa por dotar al Hospital de Leza de «más servicios y prestaciones».
En cuanto a la negociación, el presidente riojano censuró la «deslealtad» del Gobierno vasco al filtrar detalles de la misma, «cuando habíamos acordado no informar hasta tener un acuerdo definitivo». Opinó, asimismo, que «se ha utilizado a la opinión pública como herramienta de presión para intentar desgastarnos políticamente» y lamentó los insultos que ha recibido. Rechazó ser antivasco o insolidario, ya que «lo que hemos hecho es cumplir con nuestra obligación y defender los intereses de La Rioja».
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