El Maestranza, el peor parado de España por la crisis

La crisis ha hecho inevitables los recortes en todas las partidas de las administraciones públicas, empezando por las relacionadas con el mundo de la cultura, al que los políticos parecen considerar «no prioritario» en épocas de economía de guerra como la que vivimos, pero no todas han actuado igual. Un ejemplo claro de que la sensibilidad cultural de las administraciones no ha sido la misma en todos los casos ha sido lo ocurrido con el Teatro Maestranza, que en tres años va a perder casi la mitad de las aportaciones públicas que recibía, un caso sin precedentes en España. Ninguno de los otros tres grandes teatros líricos españoles va a recibir un castigo parecido. Ni el madrileño Teatro Real ni el Liceo barcelonés ni el Palau de las Arts y la Música de Valencia lo pasarán tan mal como el Maestranza en 2012. Y no será por culpa del Ministerio de Cultura, socio de estos cuatro grandes teatros y que ha aplicado un democrático diez por ciento de «descuento» por año a cada uno de ellos; sino por la actuación desmesurada de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Sevilla, que han recortado un 40 y un 70 por ciento, respectivamente, su compromiso económico con una de las joyas culturales de Sevilla. Para completar el sombrío panorama que se le presenta al teatro, la Diputación Provincial, su cuarto socio, que hasta ahora había mantenido su aportación, ha decidido recortarla en un 40 por ciento en 2012, poniéndola al mismo nivel del Ayuntamiento, menos de un millón de euros por año.

El mayor teatro sevillano y andaluz, que programa más de 200 espectáculos al año con un 90 por ciento de ocupación como promedio, es, además, una inversión rentable más que un gasto insoportable, según un informe de Deloitte, que cifra su impacto económico en el triple de lo que recibe, es decir, que por cada euro gastado en el teatro, según este estudio, se devuelven 3 a la ciudad. Nada de eso le hizo temblar el pulso a los políticos locales y autonómicos cuyo amor a la cultura ha quedado retratado.

El Maestranza recibió en 2009 de las cuatro administraciones públicas que forman parte de su consorcio (Ministerio de Cultura, Junta de Andalucía, Ayuntamiento y Diputación Provincial) unos 8,5 millones de euros, de los que un 60 por ciento, unos 5,5 millones de euros, procedieron a partes iguales del Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía. La Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Sevilla aportaron cada uno 1,5 millones de euros. Durante los últimos años el único que ha mantenido el tipo ha sido el Ministerio de Cultura, que ha recortado un 20 por ciento desde 2009, mientras que el Ayuntamiento que presidía Alfredo Sánchez Monteseirín le quitaba en 2010 el 70 por ciento, hachazo que mantuvo el nuevo equipo de Gobierno municipal que preside Juan Ignacio Zoido, si bien su delegada de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella, que achacó su decisión a la ruina heredada, se ha comprometido a mejorar su aportación de forma significativa en 2013. El Ayuntamiento de Madrid le ha recortado al Teatro Real desde el inicio de la crisis un 25 por ciento de su aportación (de 1,79 a 1,37 millones de euros) mientras que el de Sevilla le recortó al Maestranza casi el triple, un 70 por ciento, de 1,58 millones de euros a 0,9 millones. Una comparación odiosa... para Sevilla.

La Junta de Andalucía también ha castigado al teatro sevillano con mucha más dureza que la Comunidad de Madrid al Teatro Real , la Generalitat valenciana al Palau de las Arts , o el Gobierno catalán al Liceo . El recorte aplicado por Paulino Plata ha sido de un 40 por ciento, el doble que el de sus homónimos madrileños y catalanes. La Generalitat catalana ha rebajado desde el inicio de la crisis un 15 por ciento su aportación al Liceo y las demás administraciones públicas que participan en el patronato, nada, ni un euro. Ni el Ayuntamiento ni la Diputación de Barcelona han reducido su apoyo; nada que ver con lo sucedido en Sevilla con el Maestranza.

Los recortes aplicados por la Generalitat obligaron, no obstante, al Liceo hace dos temporadas a eliminar toda su programación paralela, aunque no se ha recortado la actividad operística, 13 títulos por temporada. Para ahorrar dinero, este año por primera vez en la historia del teatro catalán se empezó a trabajar el día 1 de octubre, en vez del 1 de septiembre. La primera ópera de la temporada, que se hacía siempre en septiembre, se cambió por una ópera en concierto que se encajó en el mes de octubre.

El Palau de las Arts y la Música también ha sufrido recortes, pero no tantos como el Maestranza. La Generalitat valenciana aportaba al teatro en 2009 23,5 millones, que redujo en 2010 a 17,2 millones, un 25 por ciento. Los dos últimos años ha mantenido su apoyo económico en torno a los 17 millones de euros. El Ministerio le dio 1,4 millones de euros en 2009, cantidad que ha ido rebajando en un 10 por ciento por año, hasta los 1,128 millones de 2011. Lo que le dé en 2012 dependerá de los presupuestos que presente el nuevo Gobierno popular, presidido por Mariano Rajoy. El Ayuntamiento de Valencia, que dirige Rita Barberá (PP), le dio 500.000 euros en 2009 y otros 500.000 en 2010, pero este año suprimió esta aportación.

La situación del Maestranza es, pues, la más grave de los cuatro grandes teatros líricos españoles, a la que no ayuda la crisis de patrocinios privados, que en 2009 alcanzaron los 600.000 euros, pero que bajaron un 30 por ciento en 2011. Los ingresos privados, a pesar de la subida de los precios de las entradas de este año, están lejos de igualar a los públicos. En el Teatro Real las aportaciones privadas suponen ya el 54 por ciento de su presupuesto, mientras que aquí no superan el 30 por ciento. Los recortes están pasando factura en la programación: en 2009 se representaron seis óperas en Sevilla y esta temporada sólo cuatro. La próxima... ya veremos.