REYES CATÓDICOS
Series de película
El actor Richard Roxburg (el malvado Duque de «Moulin Rouge») decía hace unos días en una entrevista concedida a ABC que «mientras el cine está languideciendo, la televisión es ahora el medio más fascinante».
Roxburg, que triunfa protagonizando la serie australiana «Rake», recientemente estrenada en España, no se refiere tanto a la tele como medio en sí, sino más bien, precisamente, a las series. Estas son las que están dando lustre a un medio que, si no fuera por ellas, sí que languidecería hasta el desvanecimiento.
Desde que David Lynch no le hizo ascos a la televisión y creó para ésta «Twin Peaks», cada vez son más los cineastas que simultanean Hollywood con las producciones televisivas o se dedican a éstas últimas en exclusiva. Primero fueron guionistas, directores y productores —el mismísimo Spielberg entre ellos— y en un segundo momento, incluso lo que parecía más difícil, los actores más consagrados, como Glenn Close o el consagradísimo Robert de Niro. Éste último, como también ocurrierra con Tom Hanks, también se metió a productor para la pequeña pantalla.
Estamos ahora, sin duda, en la edad de oro de las series, especialmente por el trabajo de las norteamericanas y de las británicas, aunque España, felizmente, empieza a contagiarse. Historias distintas, guiones redondos, escenografías espectaculares, experimentos formales, son los elementos del salto de calidad de los nuevos seriales.
Nunca como ahora tantos cineastas han dispuesto de una oportunidad como ésta para ahondar en las historias y en los personajes gracias no sólo a un mayor metraje global en comparación con el del cine, sino también al manejo de presupuestos que cada vez se acercan más a los de las grandes superproducciones cinematográficas.
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