La Junta promueve el dragado del Guadiana y frena el del Guadalquivir

Mientras el dragado del Guadalquivir sigue varado, hay otras actuaciones similares en nuestra comunidad que están tomando velocidad de crucero. La Consejería de Obras Públicas aprobó el pasado mes de noviembre el Plan de Usos del Puerto de Ayamonte, un proyecto que, con un coste estimado de 47 millones de euros, persigue algo muy similar al del dragado del Guadalquivir: la mejora de la accesibilidad de los barcos a las instalaciones portuarias del citado puerto onubense.

D En el caso de Ayamonte, como en el del puerto de Sevilla, esa mejora hace necesario, entre otras actuaciones como el balizamiento y la señalización del canal de navegación, el dragado de la barra del río Guadíana, se trata de conseguir que sus aguas alcancen una profundidad de 3,5 metros para permitir el acceso de barcos de mayores dimensiones a zonas hoy vedadas. La operación, que tendrá un coste estimado de 1,6 millones de euros, tiene hasta fecha de inicio y de hecho se preve que, si se cumplen los plazos, el dragado de la barra del Guadiana se licitará, y previsiblemente, se iniciará en 2012. Y eso a pesar de que el proyecto, incluido en un ambicioso programa, «Guadiana, una vía navegable», tiene que desarrollarse con el placet de la Comisión Internacional de Límites Hispano-Lusa, ya que el Guadiana discurre entre los territorios de Portugal y España. Además, se trata de un dragado que, como destacó la entonces consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, en respuesta

parlamentaria en febrero de 2010 «tendrá que acometerse de forma periódica (cada uno o dos años)».

La agilidad que se ha dado a este proyecto contrasta con las cortapisas puestas al dragado del río Guadalquivir desde la propia Junta de Andalucía aunque es cierto que desde otra Consejería, la de Medio Ambiente. Este departamento no ha seguido, de momento, las críticas de los movimientos ecologistas portugueses como la Asociación de Amigos del Bosque y el Medio Ambiente que consideran que el dragado del Guadiana podría afectar a las riberas, las pesquerías costeras, los viveros naturales, la fauna y la flora.

El consejero de Medio Ambiente, Jose Juan Díaz Trillo, sí ha sido sensible en lo que respecta al dragado del Guadalquivir, que llegó a calificarlo en septiembre como «no recomendable» mientras no se tomaran medidas para paliar las malas condiciones que presenta actualmente el río y su posible afección a Doñana. Aunque la administración que tiene la última palabra en el dragado del Guadalquivir no es la Junta sino el Estado, lo cierto es que ni una ni otra han hecho nada en los últimos meses para promover siquiera soluciones para el Guadalquivir.

Es más, aunque el Ministerio de Medio Ambiente anunció casi un mes antes de las elecciones generales la inminente reunión del comité de autoridades, en el que está presente la Junta, nada ha trascendido al respecto de ninguna medida que se vaya a acometer para hacer posible, cuando el río lo permita, el dragado de profundización del Guadalquivir. De hecho, esa será una de las cuestiones que tendrá que abordar el nuevo Gobierno presidido por Mariano Rajoy respecto a Sevilla pero dado que ahora se inicia un nuevo período electoral, esta vez por las autonómicas, las posibilidades de que esa reunión se produzca son escasas, por lo que el dragado del Guadalquivir seguirá en dique seco durante unos meses, mientras otros proyectos similares siguen adelante.