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Embarazada sin ovarios

Médicos de Barcelona logran por primera vez la gestación de una mujer a la que trasplantaron parte de un ovario congelado durante diez años

ESTHER ARMORA

Prefiere preservar su anonimato, al menos hasta que dentro de unos meses se asiente su gestación. Sin embargo, su caso ya ha sido registrado en los anales de la medicina como la primera paciente sin ovarios que ha quedado embarazada. Ayer trascendió que esta joven catalana, que ahora ha cumplido 31 años y apenas tenía 20 cuando le extrajeron las gónadas tras detectarle dos teratomas maduros (un tipo de tumor benigno de origen embrionario), podrá cumplir su sueño de ser madre después de que especialistas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona le autotrasplantaran con éxito parte del tejido ovárico que le extrajeron en el quirófano y guardaron durante diez años en un banco de tejidos.

Justo Callejo, jefe clínico del Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro barcelonés y responsable del equipo que ha llevado a cabo la intervención, aclaró ayer que «no es la primera vez que se autotrasplanta tejido ovárico y se consigue un embarazo pero sí es la primera que se logra en una mujer sin ovarios».

«En el mundo se han conseguido hasta ahora 14 embarazos con autotrasplantes en pacientes oncológicas; en España dos, y en Cataluña uno», dijo el especialista. Otra novedad importante de este caso es, según dijo Callejo, que se ha conseguido con una técnica pionera que incorpora «un sistema de vascularización del tejido implantado». «Hemos visto que es realmente complicado revascularizar la zona en la que se implanta el tejido ovárico, por eso entendimos que era importante acompañar el autotrasplante de un sistema que mejorara esta situación», indicó a este diario el doctor Callejo.

El caso se remonta a febrero de 2001 cuando la paciente acudió al hospital barcelonés con un fuerte dolor abdominal y le diagnosticaron un teratoma de 15x10 centímetros.

Dos tumores benignos El equipo del Hospital Sant Joan de Déu, que lleva años preservando la fertilidad en pacientes afectadas de cáncer, le extrajo el ovario y un mes después, en un control ecográfico, le detectaron una nueva formación benigna de menores dimensiones (2x3 centímetros) que también decidieron extraer.

Esta última resección se produjo en abril y el equipo de especialistas, en esta ocasión, pudo extraerle tejido ovárico sano que decidió conservar para implantarlo en un futuro si la paciente decidía ser madre.

«En el caso de que sea posible para nosotros es siempre importante preservar esa muestra porque es la que dentro de unos años permitirá a esta joven que ahora se encuentra en una situación traumática, poder ser madre», apunta el doctor Callejo. Una vez extraído, el tejido fue preservado en el Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña y Baleares donde también se conservó una muestra de sangre de la mujer que se nutrió con factores de crecimiento con el objeto de recubrir con ella en un futuro el tejido a reimplantar y favorecer su revascularización. La petición les llegó diez años más tarde, a comienzos del pasado verano, cuando la joven comunicó a los especialistas del centro barcelonés su deseo de ser madre. Poco después, en junio, fue sometida al reimplante y cuatro meses más tarde recuperó la función ovárica.

«Empezamos a ver que los niveles de la hormona FSH descendían —son altos en el caso de las mujeres menopáusicas— y el estradiol aumentaba, lo que nos daba señales de que íbamos por buen camino», asegura el responsable clínico del Servicio de Ginecología del Sant Joan de Déu.

En la intervención en la que le implantaron el tejido, los cirujanos practicaron dos pequeños ojales, uno a cada lado del útero, e introdujeron en cada uno de ellos los fragmentos del tejido ovárico descongelado de la paciente que impregnaron previamente del plasma enriquecido con factores de crecimiento para conseguir una revascularización del implante. «Es una intervención sencilla», precisó el especialista.

Una vez estabilizado el ritmo hormonal, la joven fue sometida a una estimulación ovárica de la que se obtuvieron tres ovocitos. Sólo uno de ellos acabó en embrión tras ser fecundado en el laboratorio con el semen de su pareja y posteriormente (en noviembre de 2011) implantado con éxito. «Si todo va bien, el nacimiento se producirá el próximo agosto», dijo Justo Callejo sin poder contener la emoción. Recordó que actualmente hay trece bebés vivos de pacientes oncológicas que han nacido después de un trasplante de tejido ovárico. Matizó, sin embargo, que en todos los casos descritos hasta la fecha las mujeres conservaban parte del ovario o un ovario entero. El especialista subrayó también que en este último caso la paciente no está afectada de cáncer sino de una tumoración benigna.

El Hospital Sant Joan de Déu, que fue el primero en poner en marcha un programa de trasplante de tejido ovárico para preservar la fertilidad de pacientes afectadas de cáncer, conserva en la actualidad tejido ovárico de 173 pacientes de entre 6 y 38 años.

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