Los vecinos de Irixo salen a la calle para protestar contra la nueva incineradora

Más de cien personas se manifestaron ayer en O Irixo (Ourense) contra la ubicación de una planta de tratamiento de residuos en este municipio. El acto, organizado por la Coordinadora contra la incineradora, consistió en un entierro simbólico de basura ante la puerta del Ayuntamiento. «Eso —dijeron— es lo que va traer Sogama 2 a O Irixo». Bajo el eslógan «incineradora no», hicieron un recorrido por el pueblo pasando ante el edificio municipal y la casa del alcalde.

Desde la plataforma convocante, se muestran convencidos de que «efectivamente se van a crear puestos de trabajo» con la nueva planta, aunque matizan que «van a ser muchos más los que se destruyan en el sector ganadero y agrícola, y en el turismo rural y termal». En su manifiesto final, hablaron de las dioxinas y las cenizas que generará la planta, y recordaron que «son residuos tóxicos con efectos perniciosos para la salud». También dentro de los actos de protesta, en la Casa de la Cultura de Carballiño tuvo lugar una charla en la que intervinieron miembros de la coordinadora vecinal de Irixo y la Plataforma del Deza. Más de 300 personas escucharon a los expertos que recordaron el informe de Greenpeace en el que revela que «la incineración no resuelve el problema de las sustancias tóxicas presentes en los residuos, sino que únicamente las transforma, en algunos casos, en formas más tóxicas que las originales».

No faltaron tampoco alusiones a que «todas las incineradoras liberan contaminantes a la atmósfera a través de gases, cenizas y otros residuos» y a que, entre la gran variedad de sustancias químicas que se emiten, «hay innumerables productos químicos aún sin identificar». Se referían a las dioxinas, bifenilos policlorados (PCBs), naftalenos policlorados, bencenos clorados, hidrocarburos poliaromáticos (PAHs), numerosos compuestos orgánicos volátiles (COVs), y a los metales pesados como plomo, cadmio y mercurio. Sustancias resistentes a la degradación que, según los expertos, «se acumulan en los tejidos de organismos vivos llegando a ser cancerígenas, actuando como disruptores hormonales y llegando, incluso, a provocar trastornos en el sistema respiratorio».

En este sentido, defienden que «no hay razones técnicas, ni económicas, ni energéticas, ni logísticas, ni ambientales para instalar una incineradora en el término municipal de Irixo». «El modelo de Sogama es un error», concluyeron, al tiempo que incidieron en que «Irixo está alejado de los principales centros de producción de residuos del sur de Galicia»; que proceden en un 75% de la provincia de Pontevedra y un 25% de Ourense .