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Año nuevo, vidas nuevas

Esta foto de familia representa, de alguna forma, la instantánea de un momento sociolaboral olvidado en España durante los años del boom económico. Jóvenes que al no encontrar trabajo en Sevilla buscarán en 2012 sus horizontes laborales lejos del Guadalquivir. Un empeño que los aúna y que cumple a la perfección el dicho: «Año Nuevo, Vida Nueva»

Año nuevo, vidas nuevas rocío ruz

j. félix machuca

La mayoría de nuestros consultados son jóvenes, con expedientes brillantes, cualificación demostrada y con la experiencia suficiente como para incorporarse, de pleno, al mercado laboral. Si es que el mercado laboral local o español tuviera el suficiente músculo como para poder integrarlos. Curiosamente son, mayoritariamente, universitarios y la fuga de estos cerebros no ayudará , precisamente, a nuestro país a salir del agujero donde se encuentra. Podría decirse que los mejores no estarán con nosotros en los peores momentos. Y no porque no quieran.

Paula Herrero Diz

Tiene 25 años, es periodista y en su currículo brilla la experiencia suficiente como para poder colocarse en cualquier medio de comunicación. Sería así si el periodismo, junto con la construcción, no fueran los dos sectores más golpeados por la crisis. Paula ha trabajado en televisión, agencia de comunicación, revistas y comunicación empresarial. Está especializada en Gestión de Empresas Culturales y ha realizado cursos en la Cámara de Comercio de Marketing, comunicación empresarial y protocolo. Domina inglés y francés. Y el 10 de febrero deja Sevilla con destino Inglaterra. Allí, a través de un programa de UNIVERSEM, accederá a unas prácticas profesionales en una empresa, que espera sean las puertas que el futuro le abra para alcanzar cierta normalidad laboral. Su experiencia buscando empleo es frustrante. Se encaja dentro de lo que llama grupo NINI : colaboraciones que ni se pagan ni se contratan. «Vista la situación me plantee seguir formándome o irme al extranjero. Encontré una beca de la Universidad que incluía ambas opciones y tuve la gran suerte de poder participar en el programa», asegura. Lamenta no tener un sitio en tu ciudad para trabajar y reflexiona sobre la fuga de profesionales muy preparados: «Creo sinceramente que esta situación debe invitarnos a reflexionar sobre las consecuencias negativas que la fuga de recursos humanos especializados, cualificados e "hiperfomardos" tendrá para nuestra economía futura», concluye.

Carlos Javier Ceba Alcón

¿Qué hará en Marruecos este joven arquitecto sevillano?

Es arquitecto y se niega a que la maldición que ha caído sobre el sector tras la explosión de la burbuja inmobiliaria acabe con su presente y futuro. Tiene 30 años, habla francés y vive en Dos Hermanas. Hasta principios de 2012 que hace las maletas y se va a Marruecos. «Desde hace un año, dada la enorme dificultad de sobrevivir como arquitecto en el panorama español, y siendo consciente de que la situación no va a cambiar a medio plazo, opté por buscar fuera las oportunidades que aquí no existen». Se puso en contacto con la agencia Extenda y surgió la posibilidad de ir a Marruecos, con unas jornadas de Arquitectura en Tánger. «Allí tuve la ocasión de conocer a un arquitecto marroquí muy bien relacionado y con amplia experiencia tanto en España como en Marruecos». Desde julio pasado Carlos Javier Ceba está en continuo contacto realizando viajes de ida y vuelta para concretar las oportunidades de trabajo que se brindan. Ya está todo decidido. Y a principios de año «cojo las maletas y me voy a Marruecos a trabajar». ¿Qué hará en Marruecos este joven arquitecto sevillano? «Tengo dos vías de trabajo distintas y establecidas: una permite establecerme en Marruecos de forma física , a través de una empresa dedicada a la infografía de arquitectura; y la otra, consiste en aprovechar la gran demanda de vivienda de clase media-baja que existe, para ofrecer nuestros servicios técnicos y de gestión a inversores españoles que, como yo, no ven oportunidades en España o Europa y quieren continuar con sus actividad de promoción inmobiliaria, asegurando el éxito», concluye.

Juan José Burgos

A sus 26 años ha decidido que lo mejor para él , para su formación y su futuro laboral es irse. Poner tierra de por medio entre el suelo laboral español y el cielo prometido por otras economías más boyantes. Estudió diseño gráfico y es animador en 3D . Tiene un master en animación por la «Pompeu y Fabra» de Barcelona y empezó a trabajar en el primer curso de carrera en trabajos llamados de prácticas: en «La Cocina Gráfica» y en Below Group. Su perfil laboral es, pese a su edad, potente y sólido. Ha trabajado últimamente para una empresa dedicada a dar contenidos museográficos y de animación en 3D a eventos universales como, por ejemplo, la Expo de Shanghai de 2010, donde se proyectaban seis cortos realizados por Juan José Burgos. Hoy está en paro y con cierta furia contenida ante un destino tan ingrato. Por eso no me sorprende su respuesta cuando se le pregunta qué vas a hacer: «Este año que ahora termina he trabajado para la Universidad de Tenerife durante seis meses. Y no me voy a quedar ahora con los brazos cruzados. Hablo inglés y lo que más me preocupa en este momento es desarrollar mi profesión. Y eso es imposible aquí, si te empeñas en buscar trabajo en España en la actividad que desarrollo es posible que lo encuentres. Te exigirán un nivelazo y te pagarán como a un becario». Obviamente Juan José Burgos mira a Europa o a Estados Unidos. «A mitad de enero o principios de febrero barajo las posibilidades de marchar a Frankfurt, Bruselas o, directamente, Estados Unidos. No, no tengo ningún contacto empresarial cerrado. Me iré a pecho descubierto a buscar trabajo en lo que me gusta y apasiona: la industria de los videojuegos», sentencia.

Jacobo Ocaña

Tiene 38 años y después de tomarse las uvas con la familia y descansar la entrada del nuevo año cogerá las maletas rumbo a Londres , donde le espera el duro camino de la emigración. Es electricista . Y ha perdido el paro, tiene una hija de trece meses y una casa que mantener. Regresa el día 2 a una capital donde, cada vez, dice, « se habla más español . Te vas al centro de Londres, donde tantos establecimientos de hostelería hay, y ves a los españoles que friegan suelos y platos ir de arriba abajo, hablando en nuestra lengua lo dura que es la experiencia inglesa». A pesar de ello, a pesar de que ni el tiempo ayuda, ni la lejanía conforta, ni los sueldos animan, Jacobo Ocaña prefiere aquello a esto porque aquí, simplemente, no hay donde trabajar.

El título de FP de electricista que tiene Jacobo es del año 98 y no está homologado en Inglaterra. Esto le hace trabajar sin cualificación y sufrir los rigores de una legislación laboral nada parecida a la que hasta ahora se disfrutaba en España. «Pago por la vivienda que comparto con un inglés y otro español cien libras semanales y como mucho gano trescientas a la semana. Toda esta suerte cambiará cuando homologue mi título con el británico y el sueldo se me pondría en quinientas libras semanales». Para ello, además de trabajar, estudia. Y lo hace, para perfeccionar su inglés, a través de la Universidad Española a Distancia y para homologar su título en una academia privada inglesa que le llevará dinero y un año y medio de estudios. Pero lleva la ilusión y las ganas de prosperar y pelear en su corazón y construye su castillo de ilusiones para enfrentarse a la dureza de Londres: «Con mi titulo homologado y con el título de inglés bajo el brazo todo será diferente. Podré dar clases de inglés o español a ingleses o españoles que se vayan o lleguen a Londres. Y así sumar, reunir dinero y regresar con la familia a Sevilla. Así el esfuerzo merece la pena», concluye.

José Manuel Sampedro Otero

«Hay muchos españoles, muchísimos, te sorprenderías. Y sobre todo andaluces»

Pasados los Reyes se monta en el avión y se va a Manchester , donde ha vivido este último año, para ver si en algunas de las ventanas de la casa, le han dejado el regalo que espera: un trabajo como cocinero en algún local hostelero de la industriosa ciudad inglesa. Sabe inglés y está en posesión de un graduado técnico de cocina sacado en la prestigiosa casa «La Taberna del Alabardero» . También le apasiona la música electrónica y pretende alternar los trabajos específicos en cocina con las muchas posibilidades que te ofrece la música: desde trabajar como dj a producir.

Al igual que nos dijo Jacobo Ocaña sobre la mancha roja española que se extiende por Londres, José Manuel constata el mismo fenómeno en Manchester. «Hay muchos españoles, muchísimos, te sorprenderías. Y sobre todo andaluces. Se nota que en Andalucía el paro es galopante y que la gente viaja hasta las islas a buscar lo que aquí no encuentra». Asegura que se ha marchado de Sevilla con el fin de perfeccionar su inglés y aprender a moverse con autonomía en ambientes poco familiares. «Todo eso te enseña y disciplina tu carácter y te empuja a afrontar situaciones que nunca serían iguales de resolver en Sevilla , con tu propia lengua y rodeado de amigos y familiares», dice. Este es el plus que encuentra Sampedro entre buscar trabajo aquí o allí. «Porque, en un momento dado, pueden ser similares los trabajos que encuentres, pero estando allí aprendes idioma, te sabes desenvolver y adquieres una experiencia para moverte por el mundo que vale para tu currículo».

Lourdes Jiménez Aguilera

Da la impresión de que salir de aquí es vivir

Su corta biografía laboral es un ejemplo de determinación y pelea. Tiene 25 años, domina el inglés y el francés , es licenciada en Administración y Dirección de Empresa por la UPO y trabaja en París en el departamento de español de la firma on line «Sarenza.es», especializada en la venta de calzado con más de cuatrocientas marcas diferentes y dieciséis mil modelos de zapatos. En cuarto de carrera, en 2007-08, se fue a Montepelier con una Erasmus. Y no quiso volver. Era verano y apostó por marchar a Paris , trabajar en una tienda de ropa y mejorar su francés. Cuando acabó el verano regresó a Sevilla para finalizar su quinto curso de carrera en la UPO. Nada más terminarlo, en 2009-10, se fue a Inglaterra con el único objetivo de mejorar el idioma. Allí trabajó cuidando niños y meses más tarde regresa a París a la misma tienda de ropa para, posteriormente, buscarse unas prácticas como comercial de una marca mayorista de bisutería: «Sid bijoux». Estas prácticas le permitieron entrar en «Sarenza.es» donde, empezando de telefonista se instala, posteriormente, trabajando en animación en facebook, twitter y conexión visual de la empresa en las redes sociales. No piensa volver por ahora. Asegura que aquí hay pocas expectativas y volvió a París y a su trabajo el pasado lunes. La noche de Navidad le sirvió para pasarla en casa con padres y amigos y pensar en una vuelta que, en nada, se le hace cuesta arriba. Da la impresión de que salir de aquí es vivir.

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