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Las rebajas de la bulla

Colas para probarse, para pagar y hasta para ver con detenimiento el producto que llamaba la atención... y en algunas tiendas tanta gente que no se podía entrar... La crisis que retuvo el consumo empujó a las compras

Las rebajas de la bulla juan flores

m. d. alvarado

Primer día de Rebajas y lleno total. Lo de ayer en los dos principales focos comerciales, centro, y Nervión, de la ciudad fue espectacular, las tiendas a rebosar , las calles como si aún estuviésemos en Navidad y las colas para meter el coche en un aparcamiento o para volver a casa en autobús desesperantes. Muchos se olvidaron de la crisis . De hecho, los comerciantes aseguran que hace años que no se producía una avalancha de gente para comprar en las tiendas como la de ayer y, como explicaba Tomás González, vicepresidente de la Confederación Provincial de Comercio, Aprocom, había varias razones para ello, la fundamental es que mucha gente había esperado a las rebajas para adquirir productos, a lo que se sumaba que era el día después de Reyes, por lo que había muchas devoluciones por hacer y muchos «vales» a los que sacarle provecho , y también era sábado y casi festivo.

Es más, este año, como El Corte Inglés, y con él algunas firmas, habían adelantado la apertura a las nueve de la mañana, la actividad en las zonas comerciales empezó a animarse muy pronto. En el centro, el acceso a la Magdalena no estaba colapsado pero fue a peor cuando se llenó el aparcamiento público ; pasadas las once, la cola de acceso, regulado por la Policía Local, era ya importante. A esa hora muchas boutiques de calle Rioja estaban a rebosar. En «Caramelo», una de las dependientas señalaba mientras no paraba de ordenar la ropa que de momento la jornada se estaba dando «muy bien» y para afianzarlo apuntaba a la cola que ya entonces había formada en la caja, pocos metros más allá en «Roberto Verino» era tal la cantidad de gente que había que hacer cola para poder ver la ropa mientras ya se escuchaba un «no hay más tallas» a la petición concreta de una cliente. Mientras en «Zara» la cola para pagar era inmensa, en «Uterqüe», la firma de alta calidad del mismo grupo, Inditex, no le iban a la zaga ; Cristina, una de sus encargadas, comentaba que abrieron a las 9 y que a esa hora, cuando aún no daban las doce de la mañana, y a pesar de que había algunas devoluciones (lo que les resta ventas) ya habían hecho la mitad de caja de lo que pensaban, habían vendido buena parte de los abrigos, las chaquetas de piel, las botas y se les habían agotado algunas billeteras y carteras. A su juicio, todo se debía a que con la crisis y a que no había hecho frío la gente se ha retraído a comprar hasta ahora, y confiaba que este incremento de venta se mantenga.

Muy cerca de ella, otra boutique, , y en BDBA, Maribel, comentaba que desde que habían abierto las puertas, a las diez de la mañana, la tienda había estado llena.

La situación de estas tiendas se repetía en otros muchos establecimientos del centro. En la calle Córdoba, las zapaterías, eran los protagonistas; había colas en «Paco Rodríguez», pero también mucha actividd en el resto de establecimientos del ramo que inundan esa vía. En las pequeñas tiendas de la Alfalfa la actividad era menor, aunque en alguna de ellas como «Isadora» la entrada de público era continua y en «La Importadora» pasaba tres cuartos de lo mismo. Mientras en la Encarnación empezaba el desmontaje del mercadillo, en las tiendas de Orfila la actividad era intensa, tanto en «Amichi» con grandes carteles y llamativos descuentos que llamaban la atención como en «Yokana». Pasada la una de la tarde, muchos sevillanos estaban ya cargados de bolsas y la cola en la parada de autobús de La Campana doblaba ya hacia Tetuán. Allí, en «Mango» era tal la cantidad de gente que había tanto esperando pagar como viendo ropa que no se podía dar un paso y fueron muchos los que se salieron sin entrar .

Para esa hora el entorno de La Campana estaba a rebosar de gente. Muchos dirigían sus pasos hacia los centros de El Corte Inglés , el de las firmas las colas para probarse y para pagar eran más que importantes, y en el del Duque era tal la bulla que hasta acceder era difícil. Y es que aunque a primera hora, a las 9 hubo gente apostada en la puerta esperando para conseguir el producto que quería , la afluencia de público, señalan fuentes de la cadena comercial, se fue incrementando conforme avanzaba la mañana; en el centro de Nervión la afluencia fue tal que en torno a las 11 de la mañana hubo que ir regulando el acceso al aparcamiento, cerrando y abriendo conforme salían coches.

La situación no varió a lo largo del día. La atracción de los descuentos era mucha. La mayoría de los establecimientoso visitados ofrecían descuentos del 30 y el 50% sobre el precio original , había carteles de hasta el 70% pero pocos productos con esos descuentos. Entre los más demandados, las prendas de abrigo.

Desde Aprocom, se señalaba que el día había marchado como se preveía, bien, y aventuraba que conforme avancen los días, las rebajas de precios irán a más.

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