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Romaric: «Llegué a pensar en pagar yo los 150.000 euros para jugar»

Romaric: «Llegué a pensar en pagar yo los 150.000 euros para jugar» EFE

r. arrocha

—¿Podrá o no jugar ante el Sevilla?

—Pues no. Pero le digo algo; lo hablé con mi representante.

—¿El qué?

—Pagar los 150.000 euros, que era la cantidad que tendría que abonar el Español si quería que jugara este encuentro. Estuve hablando con mi agente sobre eso, sobre pagarlos nosotros, pero al final David (representante) me dijo que era mejor que no.

—¿Seguirá en el Español la próxima temporada?

—Yo creo que sí. La opción de compra es de 2,5 millones. Si el equipo acaba entre los ocho primeros y yo juego más de la mitad se ejecutará directamente.

—¿Quiere quedarse allí?

—Hombre, le digo algo. Soy feliz. No digo que en Sevilla no lo fuera, pero sí tuve momentos muy malos. Me robaron hasta en tres ocasiones en mi casa y pasé miedo. También es verdad que tuve momentos buenos, sobre todo en la primera etapa con Manolo Jiménez.

—¿Qué tal con Pochettino?

—Muy bien. El primer día que me vio me dijo algo que me llegó bastante al corazón. Me comentó que él no iba a atender a lo que se dijera sobre mí o lo que se hubiera dicho, que le importaba el presente y el futuro y que cualquier cosa que tuviera que comentarle, que lo hiciera...

—¿Y lo hace?

—Todas las semanas hablamos. Voy a su despacho y mantenemos conversaciones. Pero no sólo de fútbol, también de la vida, de cómo puedo encontrar el mejor camino para mejorar. ¿Se acuerda de que una vez llegué tarde a un entrenamiento? Pues se enfadó y me lo dijo.

—Por cierto, ¿qué le sucedió?

—El despertador. Lo escuché y le di a un botoncito para que te vuelva a despertar a los quince minutos. Pero falló y llegué tarde.

—¿Con Manzano también hablaba?

—Al principio, sí, pero después, no.

—¿Y con Jiménez?

—Sí, sí. Había algunos jugadores que en broma me decían que era mi padre. Pero, sin duda, la persona que más me ha ayudado en todo este tiempo es mi agente. Me quiere como un hermano, no como un negocio. No tengo nada firmado con él, sólo un pacto moral, y me fío de todo lo que me diga.

—¿Qué pasó con su posible traspaso al Bursaspor turco este verano?

—¡Eso fue una falta de respeto! Habían llegado ya a un acuerdo con el Sevilla y me dijeron que tenía hasta las doce de la noche para responder porque tenían un plan B. Les dije que sí y estuvieron una semana sin llamarme. Mi agente se puso en contacto con ellos... ¿y sabe lo que le dijeron? ¡Que estaban estudiando el tema por todo lo que se había publicado...! Mi representante y yo se lo dijimos, que se dejaran de estudiar nada, que ahí no me iría nunca. Fue una falta de respeto total.

—¿En el Sevilla se le faltó el respeto?

—Nunca. Estaré eternamente agradecido a lo que hizo el Sevilla por mí. Es verdad que hubo publicaciones que me hicieron daño, pero eso es un tema que ya pasó. Le desearé siempre lo mejor al Sevilla. Veo todos sus partidos. Los que son a la misma hora que los del Español los veo grabados y me duele que no le estén saliendo las cosas como merecen.

—¿Qué cree que le ocurre?

—Es que no es fácil. Dígame un club que haya crecido tanto en tan poco tiempo, un club que hubiera ganado muy poco y que en sólo unos años se llevara seis títulos. Dígame sólo uno. Y eso te crea una presión muy fuerte. La gente, como es lógico, quiere más.

—Para terminar, ¿algo que reseñar de su Español para que Marcelino esté pendiente?

—No, no, yo no doy pistas (se ríe)

—Álvaro Vázquez esté como una moto, ¿verdad?

— Cuando lo vi me recordó a Negredo. Busca espacios y nunca da un balón por perdido.

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