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Griñán no acude al congreso y se evita contemplar la fractura interna en Sevilla

El presidente se reunió con Viera ayer para tratar de consensuar una lista única de delegados para el cónclave

Griñán no acude al congreso y se evita contemplar la fractura interna en Sevilla JESÚS SPÍNOLA

J. MORILLO

Las espadas seguían ayer en alto en la crisis del PSOE de Sevilla. El pulso entre el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y el secretario provincial, José Antonio Viera, se mantiene para cerrar la lista de delegados al congreso federal. La solución deberán hallarla hoy en el congreso, al no haber podido cerrar una lista de consenso que permita al presidente andaluz encabezarla. Ambos trataron de alcanzar ese acuerdo ayer, para lo cual se trabaja a partir de dos listas. De un lado, la propuesta por Viera; de otro, la realizada por la secretaria de Organización, Susana Díaz, y el presidente de Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, a los que apoya el presidente andaluz.

Lo que ya dejó claro Griñán es que no acudirá hoy al «congresillo» de Sevilla que debe elegir a los 55 delegados, algo insólito, aunque el presidente lo ve normal porque, dice, no es delegado. De esta forma se evitará presenciar el combate entre Díaz y Viera. En cualquier caso, ambos sectores tratarán de llegar a un acuerdo para cerrar una lista conjunta. De no lograrlo, el presidente podría optar por no encabezar ninguna o por liderar una lista alternativa.

Control político

La crisis en Sevilla, el corazón del PSOE-A, se abrió esta semana por las presiones ejercidas por Díaz y Villalobos en favor de la candidatura de Carme Chacón, a la que también apoya extraoficialmente Griñán, rompiendo la «neutralidad activa» que propugnaba este último. Viera, en cambio, estaría con Rubalcaba. Sin embargo, esto es sólo la superficie, ya que lo que se dirime en este pulso es el control político de la provincia para la confección de las listas a las andaluzas y, sobre todo, de cara al escenario post-electoral. Y es que desde la Ejecutiva regional se da a Viera como un dirigente amortizado por el caso ERE. Por ello, Díaz y Villalobos habrían maniobrado para garantizarse ese control sobre el escenario que abra tras su relevo.

Sin embargo, esta crisis ha mostrado que Griñán no cuenta en estos momentos con el peso orgánico que tenía Manuel Chaves, lo que le ha obligado a tensar la cuerda con el secretario general del PSOE sevillano, al que no le ha sido tan fácil de doblegar a sus intereses, ya que no tiene nada que perder. La bronca es tal, que el presidente de la Junta se metió por primera vez en una guerra orgánica para defender a su secretaria de Organización y advirtió a Viera que sólo encabezaría una lista que respetase la mayoría de la Ejecutiva provincial.

El secretario general sevillano, sin embargo, fue sumando apoyos ayer y metiendo presión a la Ejecutiva regional. Ahí se inscriben las muestras de apoyo a Rubalcaba del alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, y del expresidente José Rodríguez de la Borbolla, entre otros, así como las de importantes agrupaciones de Sevilla capital. Y es que hasta críticos a Viera se unieron a él frente a Díaz. Desde el otro sector también se exhibieron apoyos de alcaldes de la provincia y se atacó a Toscano por su «mal estilo» criticando a Chacón.

Lo que no está tan claro que la crisis abierta en el PSOE de Sevilla se cierre fácilmente en los próximos meses. Fuentes consultadas afirman que sí, que a partir de ahora se hará piña, aunque otras señalan que la ruptura entre Viera, Díaz y Villalobos abre una fractura casi imposible de recomponer.

En lo que coinciden diversos sectores consultados es que lo más prudente hubiera sido que Griñán hubiera permanecido ajeno a esta guerra orgánica. Hay quien citaba como metáfora que el presidente se ha metido en un avispero y ahí es inevitable llevarse alguna picadura. Otros, sin embargo, le restan importancia y consideran que la política son pulsos. Un grupo de 60 militantes, entre los que están alcaldes y secretarios de agrupaciones locales, lamentaron la imagen de «descontrol» que ha ofrecido el partido y reclamaron «cordura».

Nadie pone en duda que el secretario general del PSOE-A tiene derecho a confeccionar un partido a su medida, aunque discrepan del momento elegido. No es lo mismo plantear estas cuestiones antes de unas elecciones que tras ellas y siendo presidente andaluz. Si lo hiciera entonces, lo ganaría de calle, señalan, pero ahora Griñán no tiene el poder orgánico que permitió a Chaves acabar en 2004 con la rebelión de José Caballos.

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