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La excusa del buen juego vuelve a desaparecer

Los de Marcelino García Toral, que habían mejorado en cuanto a imagen en las últimas semanas, acumulan seis jornadas consecutivas sin conseguir la victoria

La excusa del buen juego vuelve a desaparecer álvaro cabrera

ramón román

Venía el Sevilla de varios partidos en los que la imagen invitaba al optimismo . Los números, en cambio, no decían lo mismo, ya que los de Marcelino García Toral acumulaban hasta ayer cinco jornadas consecutivas sin conseguir la victoria. Los buenos minutos ante el Valencia —a pesar de caer en la Copa —, con el Español y, sobre todo, con el Betis , habían apartado el debate del entrenador, que parecía haber dado con la tecla definitivamente. Sólo faltaba confirmarlo con tres puntos . Pero ayer no sólo no se volvió a vencer, sino que se echó por tierra toda la mejoría experimentada en las últimas semanas. La primera parte del cuadro sevillista fue de lo peor que se recuerda esta temporada, con innumerables errores defensivos, nula presencia en el centro del campo y un desasistido Negredo que hizo lo que pudo para pelearse solo con toda la defensa malaguista. En la segunda mitad mejoraron bastante los de Marcelino, que pisaron el acelerador cuando el Málaga lo bajó. Pudieron incluso empatar, pero Muñiz Fernández , que ya había demostrado durante todo el encuentro que no está capacitado para pitar en Primera, anuló un gol a Coke en la recta final. Pero error arbitral aparte, bien haría el técnico del Sevilla en hacer autocrítica y dejar a un lado las excusas, ya que la única que le quedaba, la del buen juego, vuelve a desaparecer.

Tocaba hacer bueno el punto del derbi en La Rosaleda . Los sevillistas terminaron contentos con el empate ante el eterno rival, no tanto por la gran primera parte realizada en Heliópolis , sino por haber sido capaces de aguantar las tablas con un hombre menos. Pero eso sí, todos tenían claro que para quedar satisfechos había que vencer al Málaga. La empresa no iba a ser fácil ya que, aparte de llevar desde principios de diciembre sin ganar, Marcelino contaba con varias bajas, sobre todo en defensa. La marcha de Martín Cáceres , unida a la baja por sanción de Fazio y al hecho de que no llegara a tiempo el tránsfer de Cala , provocó que en la zaga jugara un tocado Spahic junto a Escudé, que esta temporada ha pasado a un segundo plano. Y pronto comenzó a pasarle factura la debilidad defensiva al Sevilla, y no precisamente por el galo.

A los siete minutos se adelantó un Málaga que se había hecho con el balón desde que un nefasto Muñiz Fernández dio el pitido inicial. Fue al saque de una falta lateral en la que Weligton remató a placer ante la nula oposición de Coke , que se vio superado una y otra vez durante todo el encuentro. El tanto dio todavía más alas a los locales, que continuaron acechando el área de Javi Varas . Pero, a diferencia de lo ocurrido en el derbi, el Sevilla sí vio portería con rapidez. Fue Luna el que puso las tablas en el marcador. No sirvió de mucho, porque la dinámica del encuentro siguió igual, lo que aprovecharon los de Pellegrini para volver a adelantarse antes de los veinte minutos.

Mejoría insuficiente

El resultado al descanso, por tanto, fue justo, por lo que tocaba remontar en la segunda mitad. Mejoró el Sevilla en esta fase, sobre todo al aprovechar el bajón físico del Málaga , pero no fue suficiente para darle la vuelta al marcador. Ni siquiera, para empatar, aunque lo cierto es que el Sevilla sí anotó un segundo tanto que Muñiz Fernández anuló a instancias de su linier. Las imágenes demuestran que Coke está en posición legal, por lo que el gol debería haber sido válido, pero el error arbitral no debe servir de excusa a la hora de analizar por qué un equipo tira toda una parte y, sobre todo, cómo un conjunto puede cambiar tanto de una semana para otra.

La claridad arriba sigue a expensas de que el mejor Negredo vuelva, y cierto es que ayer no se pudo contar apenas con Reyes, por lesión, pero lo que no deja lugar a equívocos es que esta defensa sufre mucho cuando el rival se acerca a su área. El centro del campo no es que ayudara mucho anoche, pero con dos días por delante para que se cierre el mercado, bien haría José María del Nido junto a su secretaría técnica si pensaran en reforzar la línea defensiva. La marcha de Cáceres, a pesar de la llegada de Cala, deja coja a una defensa que ayer se vio superada una y otra vez.

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