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Dos alcaldes, dos visiones

El relevo en el poder y la confrontación de modelos mantienen el tráfico del centro en la incertidumbre desde 2006

Dos alcaldes, dos visiones ABC

POR E. BARBA

Desde que en 2006 se cerrase definitivamente al tráfico la Avenida de la Constitución para comenzar la obra de peatonalización de esa vía principal de llegada al núcleo central del inmenso casco histórico sevillano, la circulación por el centro ha sido todo un caballo de batalla político que no termina de solucionarse por la lucha de dos modelos opuestos y por la falta de alternativas disuasorias reales; o sea, aparcamiento suficiente en el entorno y transporte público suficiente. Como no existe ninguna de esas dos cosas, el debate sigue centrado en por dónde y hasta dónde puede llegar el tráfico privado. Y en esas siguen, con cambios de modelos y vueltas al pasado siempre en función de las filias o fobias con el sector más sensible a estos cambios: el comercio del centro, verdadero protagonista de fondo de esta pelea de modelos socialista y popular.

Sector más afectado Los comerciantes siempre han estado en el trasfondo de esta disputa; el PP ha hecho suyas sus peticiones

El exalcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín peatonalizó la Avenida, Plaza Nueva y entorno de la Alfalfa, pero no fue hasta el final de su mandato, ya en 2011, cuando puso en marcha el llamado «Plan Centro», un sistema de cámaras en las calles de acceso al casco antiguo y tiempo limitado para circular «por dentro» sin aparcar que no gustó nada a los comerciantes y que durante una etapa generó un evidente temor de los ciudadanos a acceder en coche ante tantos controles y la falta de información. El público, ya afectado por la crisis, se retrajo aún más y el gremio de comerciantes se levantó en armas contra el Consistorio. El bolsillo es el bolsillo. Oportunidad política única para la entonces creciente oposición del popular Juan Ignacio Zoido, que unió su destino al de los comerciantes frente al «modelo de ciudad sostenible» enarbolado por el PSOE.

D Así, el PP incluyó en su programa y anunció con claridad que derogaría el «Plan Centro» si lograba el poder. Como finalmente hizo. Pero cometió Zoido un error realmente llamativo, pues cuando simplemente tenía que anular el plan como había prometido a los ciudadanos que lo eligieron masivamente, anunció una comisión de investigación dejando caer supuestas irregularidades en el sistema anterior. Sostuvo el alcalde popular, y con motivos, que el sistema de cámaras había sido «un fraude» puesto que, pese a funcionar éstas, no se estaba multando desde marzo por fallos en el sistema de lectura de matrículas y en la base de datos. Pero la comisión tuvo un «efecto boomerang» al quedar claro que el informe que esgrimió el Gobierno local para justificar la derogación —como si le hiciera falta— era incompleto y ocultaba datos importantes. Una especie de «mala conciencia» de Zoido hizo tropezar al Ayuntamiento, que desde entonces, quizás por eso, ha estado anunciando un «plan centro

alternativo» al del PSOE que, finalmente, no es más que varias medidas puntuales ya puestas en marcha hace semanas.

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