Más de un siglo separa a Louis Vuitton y Marc Jacobs. Ahora pasado y presente se ponen frente a frente con motivo de una retrospectiva multimedia que acoge el museo de las Artes Decorativas de París hasta el próximo 16 de septiembre. La capital de la moda homenajea así a la firma de marroquinería más famosa del mundo tras más de 150 años de historia. Diseño e innovación convergen en el trabajo de estos dos visionarios de la moda, que han logrado transformar un pequeño taller en la marca de lujo más exclusiva.
“Tiende un puente entre el siglo XIX y el XX para concluir que ambos son sinónimo de audacia, excelencia y creatividad”, explica la comisaria de la muestra Pamela Golbin. ‘Louis Vuitton / Marc Jacobs’ se distribuye en dos plantas, cada una destinada al trabajo de un diseñador, para mostrar la evolución de una marca que no se entiende si no es de la mano de los grandes artífices de su éxito. Baúles, maletas, bolsos y accesorios, impregnados de las inconfundibles iniciales LV, se contextualizan en su tiempo para desvelar hasta qué punto revolucionaron la industria de la moda.
Dos diseñadores tan divergentes en tiempo como idénticos en su pasión por la moda. Con apenas 14 años, el joven Louis Vuitton (Anchury, 1821) emprendió el camino que tardó dos años en recorrer a pie hasta llegar a su ansiada París. No tardó en saborear el éxito. Su enfoque visionario de los accesorios de equipaje le llevó rápidamente a conquistar el gusto de la alta sociedad francesa.
Con su gran inventiva, supo anticipar las necesidades de una clientela al día con los progresos de su tiempo, que aprovecha los nuevos medios de transporte. Desde su pequeño taller parisino del s. XIX Vuitton edificó todo un imperio en torno a los complementos de viaje, que más de un siglo después Marc Jacobs llevaría hasta la cima de la más lujosa exclusividad.
Triunfador
Marc Jacobs (Nueva York, 1963) tampoco tardó mucho en darse cuenta que su pasión era el diseño. A los 13 años, el pequeño Jacobs pedía a su tío que le trajese de sus viajes a Europa las revistas de moda del Viejo Continente. Apoyado por su abuela, se formó en la prestigiosa escuela Parsons y a los 20 años ya había creado su primera línea de ropa. De ahí en adelante el ascenso del neoyorkino fue imparable, hasta que en 1986 fundó su propia marca.
Fue durante el pase de uno de los desfiles de Jacobs, cuando el actual dueño de Louis Vuitton, Arnault, le ofreció tomar las riendas de la casa francesa. El neoyorkino no se lo pensó dos veces y en 1997 desembarcó en París para relanzar la firma de marroquinería. Ahí lleva ya más de quince años triunfando temporada tras temporada, aunque los rumores sobre su posible marcha a Christian Dior suenan cada vez con más fuerza.
