SEVILLA
Las campañas electorales son mucho más que dos semanas de mítines, carteles y caravanas recorriendo Andalucía y la programación de actos con ciudadanos de todos los sectores. En los principales partidos siempre hay personas trabajando en las estrategias de profundidad que consiguen una alta eficacia.
Se trata de hacer que cale un mensaje favorable para el propio partido y que perjudique al contrario así como de defender en la medida de lo posible los propios puntos flacos. Y darle a todo ello una apariencia de normalidad.
En estos momentos, uno de los principales frentes abiertos es el que ha provocado el decreto del Gobierno de Mariano Rajoy sobre el pago a los proveedores. Una maravillosa arma para los populares, que no paran de insistir al ministro Cristóbal Montoro para que continúe dando pasos adelante en esta normativa y se centre, sobre todo, en los proveedores a las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Tan es así, que el ministro ha explicado ya que está trabajando para evitar la quita de parte de la deuda en estos dos frentes, dos frentes que, en este momento,son los más importantes.
No es casualidad, pues, que el Consejo de Ministros celebrado ayer aprobase un crédito de 35.000 millones para que los ayuntamientos puedan pagar a sus proveedores.
Dicha iniciativa, que ha sido acogida con mucha esperanza por parte de los pequeños y medianos empresarios de Andalucía, ha supuesto un auténtico jarro de agua fría para los alcaldes socialistas sabedores de que supondrá un balón de oxígeno para la mayoría del tejido productivo de sus localidades.
Pero lo que más les preocupa es que no tienen manera de contrarrestar semejante medida política. Muchos de sus conciudadanos llevan muchos meses esperando cobrar una deuda, que para muchos no es muy alta pero supone la supervivencia de sus pequeñas empresas, y ahora lo van a hacer gracias al Gobierno del PP. Los alcaldes socialistas, y algunos de los portavoces del PSOE de la oposición, están mantiendo reuniones en busca de un argumentario que les permita afrontar esta realidad porque son conscientes de que los mataelectoralmente hablando.
Los socialistas, por su parte, repiten machaconamente que la Reforma Laboral tiene como consecuencia el despido libre, la destrucción de empleo y que , además, la política que lleva a cabo es PP se basa en los recortes sociales, un discurso que , precisamente hoy, se ha encontrado con otro enemigo: el Código de Buenas Prácticas para la banca que el Gobierno ha negociado con las entidades financieras y que permitirá a las familias sin recursos la dación de la vivienda para saldar la hipoteca.
Claro que también el PSOE tiene algunos goles a su favor, aunque hayan sido marcados en propia meta. Los andaluces (los españoles en general, evidentemente) pagarán más cara la gasolina y también subirá el recibo de la luz entre un 10 y un 15%, dos facturas que afectan directamente a la economía familiar y que dan a los socialistas algo de pólvora.
