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Botín pide que se acelere la subasta de las entidades nacionalizadas

El presidente del Santander califica de «duras pero imprescindibles» las medidas del Gobierno

Botín pide que se acelere la subasta de las entidades nacionalizadas

MONCHO VELOSO

Tras cuatro años de normas y decretos el sistema financiero español quedará irreconocible. Quedan, eso sí, algunos flecos sueltos y no pocos —entre otros, los propios bancos— exigen ya al Gobierno que los corte cuantos antes. Emilio Botín se ha sumado a quienes piden que se acelere la subasta de las entidades nacionalizadas —Banco de Valencia, CatalunyaCaixa y Novagalicia Banco— y se cierre la reordenación del mapa bancario cuanto antes. «Debería estar resuelto antes del verano», matizó ayer el presidente del Banco Santander.

El Ejecutivo popular parece estar por la labor. El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró durante su reciente intervención en el Foro ABC-Deloitte su intención de acelerar «muchísimo» esas subastas «en los próximos días o semanas».

Quizá entonces Botín mueva ficha, toda vez que sus principales competidores, Francisco González (BBVA) e Isidro Fainé (CaixaBank), ya han hecho sus compras. El Santander está llamado a quedarse con una de aquellas tres entidades. En el sector, que descarta que puje fuerte por Banco de Valencia, se le sitúa más cerca de CatalunyaCaixa que de Novagalicia.

«No haremos compras que se aparten de nuestros estrictos criterios financieros. Lo que tenemos muy claro es que no nos interesa crecer por crecer», aclaró ayer el banquero cántabro durante la Junta de accionistas, que aplaudió esa decisión y aprobó mantener por cuarto año consecutivo un dividendo de 0,60 euros por título, la reducción del consejo de 20 a 16 miembros y las cuentas del banco.

De esas palabras se desprende que el Santander será muy estricto en sus ofertas, sobre todo en cuanto a precio y garantías. Las últimas adjudicaciones —CAM y Unnim— incluyeron ayudas con cargo al FGD. Pero a ese fondo, nutrido con las aportaciones anuales de la banca, le quedan unos 2.000 millones que se agotarían con la primera subasta, la de Banco de Valencia. Y ni Moncloa ni el supervisor han aclarado aún cómo se pagarán las siguientes, si con el FGD —que obligaría a las entidades a una derrama— o con dinero público del FROB.

Lo que coge ritmo es el cumplimiento de la reforma financiera, que obliga a bancos y cajas a elevar provisiones y capital por 52.000 millones para sanear sus carteras ligadas al ladrillo. «El Gobierno ha acertado plenamente al exigirlas», aseguró Botín. «Los bancos estamos realizando un esfuerzo excepcional y sin precedentes en Europa para sanear el sistema financiero español y en particular para hacer frente a los problemas de algunas cajas», dijo el banquero, quien lanzó un guiño al Gobierno . «España está haciendo bien los deberes», dijo.

«En muy poco tiempo, apenas tres meses, ha realizado con gran determinación reformas de profundo calado, medidas sin precedentes, en dos ámbitos fundamentales: el mercado laboral y el sistema financiero», celebró Botín, quien avisó de que son «medidas duras en el corto plazo pero imprescindibles de cara al futuro» y de que se necesita cierto tiempo para ver sus beneficios. Botín aprovechó también su discurso para hacer patria. Y espetó: «Quiero decir que no comparto, en absoluto, la opinión negativa que sobre España se está difundiendo en foros e instancias internacionales».

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