Augusto Borrego: «Sánchez Gordillo estaba en el restaurante cuando me robaron»
El dueño de este local de Lora de Estepa se reafirma en señalar al alcalde de Marinaleda como líder del piquete que le obligó a cerrar su establecimiento el día de la huelga general

—¿Desde cuándo tiene usted el negocio?
—Este restaurante lo tengo desde hace siete años, aunque llevo toda la vida trabajando en la hostelería.
—¿Había vivido anteriormente algún incidente como el denunciado?
—Ninguno. Hace un año, cuando la anterior huelga general, vino otro piquete al restaurante, donde estaba el entonces alcalde de Martín de la Jara. Entonces, se limitaron a informarme. Así que opté por cerrar el bar y cuando se fueron volví a abrir.
—Pero la pasada jornada de huelga general, el 29 de marzo, decidió usted abrir.
—Como cualquier otro día. Mariano Rajoy dijo en televisión que la gente tenía derecho a trabajar. Como todo en Andalucía estaba abierto, pues decidí abrir. Cuando el piquete llegó al restaurante quienes estaban comiendo eran gente de Almería y de Murcia, entre otra, que había parado de paso de viaje a Sevilla.
—¿En ese momento estaba usted atendiendo las mesas?
—Atendiendo las mesas, en la barra, cobrando... Las primeras que entraron en el piquete fueron unas mujeres que venían dando palmadas gritando fascistas a la gente y diciéndonos que cerráramos aquello. Entonces se armó cierto revuelo. Después entró un hombre con una cámara, que me enfocó a mí y a la gente que había en el restaurante. Y poco después entró Sánchez Gordillo.
—¿Él llegó a entrar en el restaurante y vio lo que sucedió?
—Él estaba allí cuando me estaban robando el aceite, las latas de carne de membrillo y las garrafas de vino, por un valor total de 503 euros. Mi mujer, que es de Marinaleda, se enfrentó a la gente del piquete que eran de allí también. Les dijo que era de Marinaleda y que no somos ladrones. Sánchez Gordillo estaba allí, lo tengo grabado por las cámaras.
—El dirigente de IU afirma que no sólo había gente de Marinaleda y del Sindicato Andaluz de Trabajadores, que había de otros pueblos de la comarca y de sindicatos como CC.OO. y UGT.
—Él trajo a dos o tres de Estepa y otro par de Casariche. También estaba allí el que fue alcalde, Eladio Lozano.
—Entonces tuvo que cerrar el restaurante, lo que le ha ocasionado un per j uicio, según consta en su denuncia, de unos 1.000 euros.
—Cuando llegó el piquete la gente que estaba comiendo se levantó para marcharse e intentó pagarme. Como muchas de las comandas estaban en la cocina, pues no quise cobrarles.
—¿Le ha decepcionado la actitud tomada por un piquete informativo que se denomina de izquierdas y que, según ha denunciado, le robó viandas y le dijo a su hija «sal que te mato, rubia»?
—La verdad es que no se ha portado bien con nosotros Sánchez Gordillo. Una cuñada mía fue a su casa para hablar con él y que nos pidiera disculpas y no quiso, aunque al final ni falta que hace. No me esperaba esto de gente que se dice de izquierdas. Tenía que denunciarlo, porque si no el Gobierno no se entera de la película.
—¿Cree que su denuncia puede traerle consecuencias futuras a su establecimiento en otra huelga general o en otro momento?
—Me temo que me pueden tocar, tanto en el restaurante como en mis otros bienes. No hoy ni mañana, sino dentro de unos meses. Pero yo estoy muy tranquilo y me reafirmo en todo lo que he denunciado, y así se lo diré al juez. Solo lo pido que me restituyan el daño que me han producido, tal como recoge la denuncia, si el juez lo estima oportuno.
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