Agricultor durante la campaña de cítricos / ABC
Agricultor durante la campaña de cítricos / ABC
Campaña de cítricos

El agricultor cobra diez veces menos del precio al que se vende la naranja en el supermercado

Un kilo de naranjas se paga en origen a 0,15 euros, mientras que en el lineal los consumidores pagan entre 1,5-1,8 euros

17 enero 2022, 08:00

Termina la primera parte de la campaña de cítricos y el balance no puede ser más negativo: «Es una ruina», insiste el presidente de Asaja Sevilla, Ricardo Serra, quien resume la situación que atraviesa el sector señalando que «tenemos precios a la mitad del año pasado y el doble de costes productivos». De esta manera «es imposible que salgan las cuentas», enfatiza.

La preocupación por los precios ha sido una constante, ya que «al agricultor en el campo se le paga por un kilo de naranjas 0,15 euros. A la salida de almacén, es decir, ya recolectada, transportada, confeccionada y envasada, se paga a 0,45-0,50 euros, pero esas mismas naranjas, apenas una hora después se venden en el supermercado a un precio entre 1,5-1,8 euros».

El presidente de la patronal agraria, que también es citricultor, lamenta que «los precios para el consumidor son prácticamente los mismos que los del año pasado, pero para el agricultor se quedan en menos de la mitad». A esto se suma que «los costes productivos han subido mucho, especialmente el de la energía, que ha encarecido de forma directa el coste del agua para riego, pero también el de los abonos como el nitrógeno o el gasóleo».

Esta situación ha llevado al límite a muchas explotaciones, que «no cubren siquiera los costes productivos», por lo que el presidente de Asaja Sevilla se pregunta «qué pasa con la tan cacareada Ley de la Cadena Alimentaria», pues en este caso, afirma, «está demostrando no servir absolutamente para nada».

cítricos
Recogida de cítricos / J.M.Serrano

El comienzo

Los problemas de la campaña comenzaron pronto, pues desde el inicio la demanda de naranjas locales no se activó como de costumbre, debido al solapamiento ante una mayor presencia de productos de países terceros, principalmente de Sudáfrica.

Las cadenas de distribución habían comprado mucha fruta para el verano y debido a los retrasos en el transporte marítimo por la crisis de contenedores, «la entrada de cítricos de origen sudafricano en Europa se demoró más que nunca, por lo que ha habido un mayor solapamiento en los lineales con la fruta española», explica Serra, que añade que las grandes cadenas «como ya tenían comprometida esa fruta de fuera, se han limitado a promover esas ventas en detrimento incluso de la calidad».

Y es que «se trata de fruta que se ha mantenido cierto tiempo en cámaras, siendo de peor calidad y con dudoso cumplimiento de las exigentes normas sanitarias que impone la Unión Europea», apunta el representante agrario, «quedando sin recolectar las naranjas de aquí».

Por otro lado, está el hecho de que «Sudáfrica está reorientando sus producciones de naranjas hacia el momento en el que en Europa hay más demanda, y plantando variedades más tardías para competir con las más tempranas europeas, fundamentalmente españolas y andaluzas», explica el presidente de la patronal agraria. A eso se le suma que, debido a las altas temperaturas «ha habido un pequeño retraso en la recolección de la de la naranja de Sevilla».

Naranjas en una planta de Palma del Río / Agrónoma

La combinación de todos estos factores ha sido «demoledora» y ha llevado a que «el inicio de la recolección de la fruta se retrase hasta primeros de noviembre, cuando lo habitual es que a mediados de octubre la naranja esté en condiciones óptimas y con demanda».

Sobreoferta española

Una vez terminada la fruta de Sudáfrica, «la demora de la campaña española ha provocado la concentración de un gran volumen en el mercado al mismo tiempo, originando una sobreoferta que la demanda no ha podido absorber, y los lineales han aprovechado esta coyuntura para apretar las tuercas y bajar los precios en el campo», lamenta Serra.

El presidente de Asaja Sevilla vuelve a insistir a los consumidores que se fijen, además de en el precio, «en el origen de la fruta que compren» y les insta «a que exijan la frescura del producto local, pues tenemos en la puerta de nuestras casas las mejores naranjas del mundo, las de la Vega del Guadalquivir», enfatiza Ricardo Serra.

El representante agrario insiste en que el consumidor, al primar en la cesta de la compra un producto local, no sólo está llevándose una fruta de mucha mejor calidad respecto a otra que viene de miles de kilómetros y lleva meses conservada en cámaras, sino que también, «está ayudando al campo a defenderse de la presión que están ejerciendo estos países terceros».

Ahora es Egipto el país extracomunitario que centra todas las miradas, ya que «cada vez es un competidor más fuerte, pues los envíos a la Unión Europea están creciendo en los últimos años y cuenta con el mismo calendario comercial que nosotros», declara Serra.

Segunda parte de la campaña

Tras las navidades comienza la segunda parte de la campaña citrícola, y el sector productor espera poder «remontar». Sin embargo, cuando el mercado se instala en precios bajos «es muy difícil cambiar la tendencia, sobretodo por la presión que continúa ejerciendo la variedad de naranja Navelina que está aún sin recolectar y cuyo destino comercial mayoritario será la industria del zumo», apunta el directivo de Asaja Sevilla.

Cítricos
Producción de cítricos / Agrónoma

Y es que esta variedad, la reina indiscutible de la primera parte de la campaña, «ya empieza a tener problemas de maduración y surgen algunos defectos como la temida clareta de los cítricos, por la que aparecen irregularidades en la piel que deprecian su valor comercial. Por tanto, los lineales apuestan por otras variedades de naranjas como las Lane late o Salustiana», subraya.

No obstante, Ricardo Serra prefiere ser «optimista» y confía en que «en estos meses venideros tengamos precios razonables para las variedades que están por coger». Por ello, anima a todos los consumidores a reactivar la demanda «comprando naranjas de aquí, ya que tienen muy buena calidad y la vitamina C es un aliado esencial para fortalecer nuestras defensas y protegernos frente a catarros y virus en esta sexta ola de la pandemia», apunta.

Un sector estratégico

El de los cítricos es un sector estratégico no sólo para la provincia, sino para toda Andalucía. De hecho, la región andaluza está ya sólo un millón de toneladas por debajo de la Comunidad Valenciana, la primera productora de cítricos a nivel nacional. Así, los cítricos valencianos representan la mitad de la producción del conjunto estatal, seguida de Andalucía (33,6%) y de la Región de Murcia (13,1%).

Respecto a la producción andaluza para esta campaña 2021-2022, el aforo de la Consejería de Agricultura estima que la cosecha alcanzará 2,4 millones de toneladas en el campo andaluz (casi un 3% más que en la campaña anterior), de los que el 70% se corresponde con naranjas (1.692.631 toneladas), un 23% con mandarinas (556.556 toneladas) y un 5% (111.795 toneladas) con limones.
Por provincias, Sevilla lidera la producción andaluza, con 952.200 toneladas, seguida de Huelva (612.000 toneladas) y Córdoba (364.000 toneladas).

Cítricos
Caja de cítricos / Agrónoma

Se trata de una fruta muy apreciada en los mercados exteriores, y con una clara vocación exportadora. Así, en 2020-2021 se exportó el 15,2% de la producción (356.000 toneladas) citrícola, valorada en 308 millones de euros.

Por especie, se exportaron un total 249.000 toneladas de naranjas andaluzas, por un valor de 187 millones de euros, suponiendo el 14,5% de la producción obtenida. Respeto a la mandarina, se comercializaron en el exterior 63.000 toneladas (66 millones de euros), que representaron un 13,4% de la cosecha.

Alemania fue el principal país de destino de las exportaciones de cítricos de Andalucía, con el 26% del total, seguido de los mercados de Francia (19%) y Portugal (11%).

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