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Diez años de un Domingo de Ramos para el recuerdo en el Palaverde de Treviso

Joan Plaza, el actual entrenador del Coosur Betis, dirigía también al Cajasol que el 17 de abril de 2011 se proclamó subcampeón de la Eurocup

Los jugadores cajistas, decepcionados tras la derrota en la final contra el Unics Kazán

Sergio A. Ávila

El 17 de abril de 2011, justo hace hoy diez años, no fue un día cualquiera para el baloncesto de esta ciudad. Era Domingo de Ramos en Sevilla y en Italia, concretamente en Treviso , el Cajasol disputaba uno de los partidos más importantes de su historia. Y de los más bonitos y emotivos, habría que añadir. Hoy lo recordaba el propio club verdiblanco en sus redes sociales con un vídeo en el que recoge declaraciones de Plaza, Bullock, Satoransky, Sastre, Kirksay o Cabanas. Llamándose el club Caja San Fernando había quedado a finales de los noventa dos veces subcampeón de la Liga ACB y en una ocasión de la Copa del Rey, pero jamás había hollado los terrenos que alcanzó a nivel continental aquella temporada, la segunda de la primera etapa -que fue un trienio- de Joan Plaza en el banquillo hispalense.

En el Palaverde, la guarida de la histórica Benetton, que ejercía de anfitrión de la Final a Cuatro de la Eurocup 2010-2011, aguardaba la gloria para el Cajasol, que no estuvo solo, sino bien acompañado. Arropado por sus fieles. El solo hecho de estar allí era ya un éxito para un club modesto como el hispalense. Algo más de trescientos valientes se desplazaron desde Sevilla hasta la ciudad italiana para dar su aliento al equipo. « En ninguna casa de apuestas apostaron a que el Cajasol llegase tan lejos ni ganara a la Benetton en su casa «, apuntaba hace unos días, rememorando aquella final, el propio Joan Plaza, que ahora dirige los destinos el Coosur Betis, el club heredero de aquel Cajasol que pocos años más tarde se quedaría sin patrocinador hasta que la entidad verdiblanca acudió al rescate en una situación límite. Eso sucedió en 2016.

Cinco años antes, en plena primavera sevillana, aquel equipo entrenado con maestría por el trío Plaza-Ocampos-Tabak más el apoyo indispensable de Javi Carrasco, se plantó en la etapa decisiva de la Eurocup junto al Cedevita Zagreb, el Unics Kazán y la Benetton , que quedó apeada a las primeras de cambio, en semifinales. Le aguó la fiesta el Caja, que el Sábado de Pasión armó el taco con una de esas exhibiciones defensivas que aquel coriáceo equipo hispalense, de innegable personalidad, ofrecía con asiduidad.

A la Benetton de Jasmin Repesa que lideraban Devin Smith, Stefan Markovic, Motiejunas o el actual jugador del Movistar Estudiantes Alessandro Gentile , la secó en 63 puntos en un partido en el que destacaron Bullock o Paul Davis, por el lado sevillano, pero sobre todo Kirksay, un americano carismático, de los que dejan huella . Aunque nacido en el Bronx, Kirksay era un trotamundos que llegó a ser internacional por Francia y cumplía su segundo año en Sevilla, mas ya en el primero se había ganado el corazón de la afición. Era la extensión del entrenador en la cancha, el líder de los corrillos en la pista, el que olía antes que nadie dónde caería toda pelota que no tuviera dueño.

Aquella noche de sábado, Kirksay se salió en el Palaverde con 16 puntos, cuatro rebotes y tres asistencias. Dio un clínic de conocimiento del juego. El Cajasol descarriló a la Benetton (63-75) y, sin tiempo para celebrar nada, tuvo menos de 24 horas para preparar la gran final contra el Unics Kazán, que ante la derrota de los italianos se convirtió en el gran favorito. Los rusos, entrenados por Pashutin, tumbaron en semifinales al Cedevita Zagreb de un excajista, Asa Petrovic , y un jugador que años más tarde vestiría la camiseta verdiblanca en un pago fugaz, sin pena ni gloria: Dontaye Draper. La noche previa a la final no se durmió en la expedición cajista , especialmente Calloway, que lesionado en un hombro forzó para no perderse el decisivo partido. Plaza y sus compañeros del staff técnico realizaron el scouting de los rusos en plena madrugada. No había tiempo. Aquello era una Final Four de 48 horas.

Los aficionados del Cajasol, animando a su equipo en el Palaverde EFE/ANDREA MEROLA

Posiblemente, y en ello coinciden muchos de los protagonistas, las posibilidades del Caja habrían cotizado al alza en la final de haber dispuesto de algún día más de descanso para reponer fuerzas y elevar sus cotas defensivas al máximo nivel, al acostumbrado en muchos partidos de aquella gran temporada europea, pero el equipo se desfondó para deshacerse de la Benetton, iba justo de gasolina y delante tuvo, además, a un conjunto potentísimo liderado por un superjugador, Marko Popovic , que sobresalía en un plantel lleno de talento y versatilidad. Destacaban también el polaco Lampe (26 puntos en la final), Terrell Liday o Kelly McCarthy.

En plena atardecida del Domingo de Ramos, el Cajasol comenzaba una de las citas más importantes de su historia y la acabó perdiendo tras un mal primer cuarto (32-16) que marcó el desarrollo del encuentro. Con Calloway a medio gas, entre Satoransky -un pipiolo entonces-, Urtasun y Kirksay llevaron la manija del equipo, que estuvo a siete puntos en el tercer cuarto pero no encontró la manera de frenar a los rusos.   El 92-77 final coronó al mejor equipo de la competición, también a Popovic como el MVP y llenó de lágrimas a todos los cajistas en Treviso, incluyendo al cuerpo técnico, a los trabajadores del club, a los directivos y a los jugadores, por supuesto.

Nadie podía, en concreto, consolar a Kirksay, un tipo que es la alegría personificada e incluso repartió a la llegada a Treviso entre todos los expedicionarios cintas para la cabeza como la que él portaba siempre, con la leyenda «TK21». Aquellas lágrimas de todo el cajismo encerraban tristeza, pero también orgullo, mucho orgullo , por el corazón y la capacidad competitiva de ese grupo de jugadores, que llevó al club a cotas impensables. A la entidad radicada en el pabellón San Pablo la presidía entonces Juan Carlos Ollero , años más tarde presidente del Real Betis Balompié, al que acompañaban en la dirección general Leo Chaves y en la dirección deportiva, Juan Llaneza.

En la primera campaña con Plaza en el banquillo, el equipo se clasificó para la Copa del Rey y también para el play off, cayendo eliminado ante el Real Madrid en cuartos, aunque le valió un billete para la Eurocup, donde participaron 32 equipos. Encuadrado en el grupo G de la primera fase, el Cajasol pasó como segundo, tras el Nymburk, luego de un partidazo a domicilio contra el Hapoel Jerusalén de Willie Solomon . En la segunda fase, también de grupos (el Last 16), llegó clasificado para cuartos a la última jornada tras un pleno de victorias en cinco partidos frente   a l Panellinios (dos), el Alba Berlín (dos) y la Benetton, en San Pablo. La única derrota cajista se produjo precisamente en Treviso (84-68), precedente del que sería dramático, emocionante e inolvidable duelo de ambos equipos en semis.

Con un baloncesto por momentos muy completo -al Alba lo arrolló en Berlín con un 37-62 al descanso-, el Cajasol se plantó en el penúltimo rellano de la Eurocup. Esta vez sí, una eliminatoria a doble partido con el Budivelnik ucraniano que provocó en la ida un lleno como no se recordaba en San Pablo. Se registró el no hay billetes y se vivió una noche como las de finales de los noventa, cuando el Caja de Petrovic e Imbroda dispararon a base de victorias el cariño por el club. El equipo de Plaza impuso su defensa (67-49) e hizo valer ese resultado en la vuelta (80-77) para picar el billete con destino a la Final a Cuatro que se celebraría en la región de la Véneto.

Cuentan quienes estuvieron in situ aquellos dos días en Treviso, Sábado de Pasión y Domingo de Ramos de 2011, que se vivieron momentos de esos que se alojan para siempre en el corazón y en la memoria . Ese tipo de vivencias irrepetibles que adquieren su verdadero valor sólo con el paso del tiempo. Aquel Cajasol, que lucía de azul en su primera equipación y de blanco en la segunda, lo integraban Calloway, Satoransky, Bojan Popovic, Bullock, Txemi Urtasun, Kirksay, Sastre, Katelynas, Kaloyan Ivanov, Juanjo Triguero, Paul Davis, Cabanas, Burjanadze, Pámpano y Balvin. Quince fueron los jugadores empleados por el cuerpo técnico en la Eurocup.

De todos ellos, algunos ya cuarentones en la actualidad, continúan en activo Satoransky (Chicago Bulls), Sastre (Valencia Basket), Urtasun (HLA Alicante), Burjanadze (sin equipo en estos momentos tras su paso por el Herbalife Gran Canaria) y Balvin (Bilbao Basket), si bien el pívot checo apenas entró aún por su juventud en los planes de un equipo que protagonizó una gesta de la que hoy se cumplen exactamente diez años . Cómo pasa el tiempo.

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