Joaquín ya es eterno

Fue muy emocionante. Joaquín fue recibido para comenzar el partido con un tifo desplegado en la grada de Fondo del Benito Villamarín que rezaba «gracias Capitán (convirtiendo la i y la t en un 1 y un 7, su dorsal). Joaquín Sánchez, un mito con arte. 14 temporadas» . Todo estaba preparado para que el día fuera una fiesta. Con el partido en juego, todos le buscaban. Canales, Borja Iglesias, William Carvalho, Ayoze... Cada vez que la leyenda tocaba la pelota levantaba a los béticos de sus asientos. Porque, además, cuando entraba en contacto con la pelota lo hacía con la calidad que continúa atesorando en sus pies, en esa pierna derecha que ha encandilado a los béticos durante 14 años y durante 23 temporadas al general mundo del fútbol, que lo despedirá como se merece el martes en Heliópolis. Ese gol al Ludogorets este año en la Europa League, aquellos tres tantos al Athletic Club en el Villamarín en la temporada 19-20... Quedarán en el recuerdo y el imaginario de los béticos quedará para siempre.

Rompió a llorar en el minuto 60. Cuando Pellegrini decidió retirarlo del partido. Una hora de fútbol. Su última hora como futbolista profesional. Se paró el partido. Alberola Rojas lo entendió. Era lo lógico. Se levantó la tablilla electrónica y se anunció por la megafonía y la emoción invadió a todo el Benito Villamarín. Joaquín se quitó el brazalete, lo miró mientras Canales esperaba a que la leyenda se lo colocase y el santanderino fue el primero que lo abrazó. Luego, un rival, Gabriel Paulista. Pero después se acercaron todos los jugadores del Betis para abrazarle y mostrarle a Joaquín su cariño. Fue el segundo momento más emocionante de la noche. Con todo Heliópolis en pie al grito de '¡oh capitán, oh capitán!', el mito eterno empezó a llorar. Se arrodilló sobre el césped de la que ha sido su casa deportiva. Incluso cuando no vistió la camiseta bética. Y besó el terreno de juego. Mientras se retiraba, Joaquín aplaudió a su gente en señal de agradecimiento. Un agradecimiento que es mutuo, que ya es eterno.

Y luego, cuando el partido finalizó, la fiesta final. Después de atender a la televisión con derechos, Joaquín comenzó una vuelta de honor en la que no paró de llorar. Todas las gradas del Villamarín en pie levantados para despedir a su ídolo, que ya se ha convertido en mito. Pasillo de los compañeros, entrega de la camiseta con su nombre y el número 622 de sus partidos en la máxima categoría de nuestro fútbol. Y manteo. Se ha ido un jugador extraordinario. Una figura que trasciende mucho más allá del mundo del fútbol.

En lo deportivo, empate a uno para finalizar la temporada 22-23 de los hombres de Pellegrini. Ayoze, tras un espectacular pase de Miranda en la primera jugada de ataque del choque, en el primer minuto de juego, superó a Thierry Rendall y Diakhaby y se puso delante de Mamardashvili, al que batió con un sutil toque. Pelota al fondo de la red y 62 puntos momentáneos para sumar la segunda mejor puntuación de la historia bética en Primera, con 20 equipos y tres puntos por victoria. Mejoró el Valencia tras la ventaja bética y, aunque el 1-0 fue el resultado con el que se llegó al descanso, el Betis no tenía el choque cerrado.

En el inicio del segundo tiempo, aunque los de Pellegrini tuvieron algún escarceo y alguna ocasión clara, fueron los pupilos de Baraja los que empataron el partido. Primero, tras revisar en el VAR, Alberola Rojas anuló un penalti a favor de los valencianistas por fuera de juego previo. Pero en el siguiente ataque visitante, Diego López empató el choque. Musah fue expulsado por una patada muy fea sobre Edgar, que obligó minutos después a ser sustituido al catalán. Y con el empate a uno finalizó el encuentro.

Cierra la temporada el Betis con 60 puntos, cifra que alcanza desde que Manuel Pellegrini llegó a Heliópolis en el verano de 2020. Es una etapa de total crecimiento deportivo del primer equipo verdiblanco. Porque se ha instalado en la zona noble de la élite del fútbol español. Por fin. Es lo que venían demandando los béticos desde hace muchos años. Porque en la primera campaña, la 20-21, la remontada en la segunda parte del campeonato llevó a los heliopolitanos a sumar 61 unidades y a lograr una sexta plaza que clasificaba al Betis de nuevo para Europa en una temporada donde ese precisamente no era el objetivo primordial. Ya dijo Pellegrini en su presentación unas palabras que el bético no olvidará en mucho tiempo. «Quiero un Betis gustador y ganador». Y en eso se ha convertido el conjunto bético. En la segunda temporada del de Santiago el Betis siguió gustando y ganando. Y lo que fue más importante, volvió a levantar plata. Ganó el Betis la Copa del Rey 17 años después y se ganó su puesto europeo que luego refrendó en LaLiga con una gran quinta posición. 65 puntos firmó el cuadro bético, su mejor puntuación de toda la historia verdiblanca en la Primera división. Y en esta tercera temporada de Pellegrini, nueva sexta plaza para lograr por primera vez en la historia jugar tres temporadas consecutivas la UEFA Liga Europa. Ahí queda. Eso también es histórico para la entidad verdiblanca. Pero el crecimiento no debe pararse aquí y debe continuar en el futuro.