Betis
Notable bajo
Teniendo en cuenta la cantidad de circunstancias adversas que han salpicado la temporada, unas ajenas y otras por negligencias propias, no puede decirse que el balance del Betis no sea bueno

La última semana de la competición liguera (en realidad, algo más que la última) se ha convertido para el Betis en un relajado trámite que se ha cargado de emociones por la despedida de Joaquín más que por lo que tiene en juego el club ... verdiblanco. El objetivo de meterse en Europa por tercer año consecutivo y lograr una meta nunca antes alcanzada se ha cumplido de manera ciertamente holgada, pero también con un punto agridulce, ya que se estuvo cerca del cuarto puesto y de los laureles de una clasificación a la Liga de Campeones y finalmente esa posibilidad se fue alejando porque al equipo no le dio para más que acabar entre el quinto y el sexto. Que no está mal, nada mal. Tanto que debe calificarse la campaña de notable. Sin paliativos y teniendo muy presentes la capacidad del equipo, su nivel, su presupuesto y los múltiples condicionantes que han aderezado el ejercicio que ahora termina. Que no son una simple excusa sino que han pesado.
Entre las circunstancias atenuantes hay muchas. Sólo alguien muy alejado de la realidad puede negarlo, Mas conviene recordarlas. Ante todo, la temporada comenzó con el problema del límite salarial y de los jugadores no inscritos, hasta seis, con el enojo considerable en la plantilla, de la que tuvo que salir Bartra por dos duros para cuadrar el asunto de los salarios. Un central menos y un cambio de planes importante para arrancar que no gustó nada al entrenador. Al poco de coger ritmo, y ya resueltas las inscripciones, en un partido europeo en Helsinki cayó lesionado de gravedad Juanmi, uno de los puntales del ataque del Betis todo el año previo; quizás entre los dos o tres jugadores más importantes. Operado, tres meses en el dique seco y recuperación lenta. A la ausencia del malagueño se empezaron a sumar semana tras semana las de los constantes expulsados y un reguero de bajas por pequeñas lesiones musculares. Así hasta llegar al parón de diciembre por el Mundial, que el club usó en un primer tramo para una desastrosa gira suramericana que, más allá de los pésimos resultados, demostró después que fue inoportuna y cargó en exceso a los futbolistas, que rechazaban de plano esa kilometrada intempestiva a Argentina y Chile. En el mercado de enero la entidad, que necesita dinero, vendió a Alex Moreno, un indiscutible en la banda izquierda sobre el que vertebraba una parte importante del juego del equipo. Y para rematar el ejercicio 22-23, a finales de febrero se rompió el jugador franquicia, la estrella, el gran referente, Fekir, que se perdió todo el tramo decisivo de la campaña notándose su ausencia de manera más que evidente.
Coyunturas adversas o distorsionadoras las ha habido y de toda índole. Pero también errores o problemas achacables a la propia gestión del club o de la plantilla. Al menos si la lista de fatalidades se analizan de otra manera. Todo depende. La primera de ellas, el problema con el que se inició la Liga sin jugadores inscritos, entre ellos el propio capitán. Las previsiones económicas y de mercado fallaron en la planta noble y la temporada comenzó torcida. De haberse hecho bien los deberes, el Betis se habría ahorrado el ridículo de aquella semanas con profesionales en la grada y no en el césped. El infortunio de las lesiones no resulta demasiado valorable, pero sí el de las expulsiones -ámbito en el que se ha batido el récord-, que ha tenido un importante porcentaje de negligencia de los propios futbolistas. Algunas fueron más que discutibles pero un buen puñado se debieron a un temperamento mal medido. También es responsabilidad del club la pérdida de calidad en el lateral izquierdo. El recambio de Alex Moreno, el aún inmaduro Abner, no ha dado los resultados esperados ni de lejos, convirtiendo a Miranda prácticamente en la única opción para el costado izquierdo. Y a todo ello hay que sumar el bajón evidente de rendimiento de futbolistas clave meses atrás, como Borja Iglesias, William Carvalho o Sergio Canales.
Con todo ese cóctel de elementos funestos ajenos y propios como trasfondo, Manuel Pellegrini ha sabido mantener con muchísimo trabajo el nivel competitivo del equipo, que no ha llegado a caerse en ningún momento y va a acabar la campaña en sexta posición con una puntuación similar a las de sus dos campaña anteriores y con la clasificación europea en el bolsillo. El chileno vuelve a ser, sigue siendo, la piedra angular de este Betis. No puede decirse, por tanto, que la campaña no se haya saldado con un notable teniendo en cuenta tantas circunstancias. Notable bajo, sí, pero notable.
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