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El Betis va bien, «no corré»

No es dudoso que el Betis, como decía aquel, va bien, pero este camino es largo, larguísimo

Álex Moreno celebra un gol al Rayo junto a Fekir y Rodri Manuel Gómez / ABC
Gerardo Torres

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El camino es tan largo que nunca se acaba. No existe una meta final a la que llegar. Después de cada hito siempre cabe otro, y otro, y otro más, y nunca es suficiente con lo conseguido ni bastante la estimación alcanzada. Cuando ... un equipo entra en su particular círculo virtuoso y empieza a crecer, el mayor peligro es querer ir más rápido de lo debido, que es lo que suele pedir el cuerpo y lo que peligrosamente suelen demandar muchas aficiones. Más y más. Siempre se puede volar más alto, ganar algo que falta, tener mejores jugadores, instalaciones más modernas, una imagen más cara, una reputación más internacionalizada. Parece que no se termina jamás de ser grande —y ahí tienen las crisis que periódicamente sacuden a los clubes más potentes—, entendiéndose además la grandeza en cada caso, que este es otro mal de altura, o el síndrome del nuevo rico: estar como nunca y quejarse como siempre, en este caso porque no se le considere a uno como a otros. Perder la humildad, alejarse de las raíces.

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