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Arqueología

Hallan restos de una iglesia paleocristiana subterránea y de una gran mezquita en Chipiona

La investigación del yacimiento del Santuario de la Virgen de Regla aporta nuevos datos históricos de la ciudad

Interior de la Iglesia paleocristiana hallada en las excavaciones de Chipiona A. Ramos Millán/ Universidad de Granada

Antonio Jiménez

El equipo de arqueólogos del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada , comandado por Antonio Ramos Millán , que viene trabajando desde 2008 en el yacimiento y el Monasterio de Nuestra Señora de Regla en Chipiona , ha descubierto dos conjuntos arquitectónicos singulares y totalmente conservados, encubiertos y camuflados en el uso actual del edificio histórico del Santuario: una iglesia monacal paleocristiana de dos plantas , de origen visigodo y larga vida mozárabe, que destaca por su gran cripta o iglesia subterránea, y el Ribat de un gran conjunto monumental islámico sufí de origen almorávide, que ocupa 3,5 hectáreas y conserva la mezquita principal, el patio de abluciones y la cerca coronada de almenas.

Para Ramos Millán ambos descubrimientos constituyen el edificio histórico del Monasterio de Regla, y son «ejemplos de un patrimonio único y excepcional en nuestro país . Son por ello descubrimientos arqueológicos de una relevancia de tal calibre, que agencian para siempre un cambio absoluto en las existencias del Patrimonio Histórico, y en el conocimiento de la Historia del pueblo de Chipiona».

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía , está incorporando estos descubrimientos a la instrucción científica y técnica para la incoación del Bien de Interés Cultural (BIC) del Monasterio de Regla.

En cuanto al templo cristiano, se trata de una iglesia de dos plantas , una planta superior que es la superficial como en el común de las iglesias, y una planta inferior excavada en el subsuelo, una llamada cripta y, debido a sus g randes dimensiones y a sus elementos, una iglesia subterránea. Concepción esta última heredera final del culto subterráneo propiamente paleocristiano, un concepto originado en el mundo de las catacumbas romanas, precisa el investigador.

Se trata de una iglesia monacal, la iglesia de un monasterio, como corresponde al lugar donde nos encontramos en Regla. Es de época tardoantigua, tardopaleocristiana, en tanto que construida a mediados del Siglo VII, en la época del Reino Visigodo. Tuvo larga vida como iglesia mozárabe en el seno de al-Ándalus, perdurando hasta principios del siglo XII, cuando acaeció el acontecimiento más traumático de la Historia del Pueblo, como fue la Expulsión de Chipiona al Magreb en 1126.

La Iglesia subterránea es única en España, en tanto que en perfecto estado de conservación arquitectónica. Se trata de una iglesia de una sola nave rectangular en cada planta, cuyos gruesos muros conservan los comunes ventanales con parteluz como son los conocidos «ajimeces» visigodos. En el subsuelo del centro de la nave está construida la gran cripta o iglesia subterránea, de 15 metros de largo y 4,5 de anchura. La arquitectura es de la tradición clásica propia de esta época tardoantigua de mediados del siglo VII: una bóveda de cañón soportada por tres arcos de medio punto, arcos fajones y dovelados. Como distinción, la iglesia subterránea dispone de un pozo de agua excavado a los pies de un nicho funerario de excelencia (arcosolio), abierto en la pared, concepto funerario oriundo de los primeros enterramientos cristianos (catacumbas).

Las investigaciones de la Universidad de Granada han delimitado una veintena de zonas arqueológicas diferenciadas . Ese «documento maestro» de la arqueología bimilenaria de Regla , la que fue la primera población llamada Chipiona, un documento público de la Universidad de Granada y rector para el planeamiento arqueológico y turístico de Regla, que no ha sido aún recepcionado por el Ayuntamiento, centrado en la Plaza del Humilladero.

La Plaza del Humilladero es el cementerio de la Iglesia, posteriormente, según Ramos Millán, frente la fachada principal del Ribat, la plaza acogió el monasterio islámico, como «plaza del aljibe» con un sistema hidráulico de gran envergadura para servir como «patio de abluciones» a un intenso peregrinaje.

El experto considera «falto de sentido común pretender exponer al turismo las sepulturas y esqueletos humanos hallados en la plaza, en vez de sacarle inmediato lustre y esplendor a los tesoros arqueológicos inigualables de la Iglesia de dos plantas, sólidamente en pie desde hace 1.300 años, y del Ribat del gran Monasterio Islámico de Las Mezquitas, obras absolutamente singulares en el patrimonio andaluz y español».

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