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CÁDIZ

Toneladas de hachís se acumulan en los calabozos de los cuarteles del Campo de Gibraltar

AUGC reclama celeridad en los protocolos para que la droga pueda ser retirada y destruida

Un agente de la Guardia Civil junto a fardos de hachís, en una reciente operación

Soraya Fernández

La lucha sin tregua que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad vienen librando desde el verano de 2018 contra el narcotráfico y el contrabando está arrojando un éxito sin precedentes. Las cifras del Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar , ahora extendido a otras provincias, hablan por sí solas: más de 365 toneladas de droga intervenida –la práctica totalidad hachís-, más de 2.400 detenidos y casi 2.000 vehículos y embarcaciones arrebatadas a estas organizaciones criminales.

El refuerzo realizado en personal y medios por parte del Ministerio del Interior y por parte de la Consejería de Justicia , que los sindicatos y la plataforma ‘Por tu seguridad, por la de todos’ agradecen, ha permitido asestar certeros golpes a las mafias de la droga, primero en el Campo de Gibraltar y luego en el resto de Cádiz y provincias limítrofes a donde los ilícitos han extendido sus tentáculos debido a la presión policial.

Pero dicha presión policial deja otra realidad que evidencia que aún queda mucho por hacer. Los juzgados están colapsados por la cantidad de causas contra el narcotráfico y la droga intervenida es tanta que el sistema es incapaz de dar respuesta para su destrucción .

Así lo constata la situación que desde hace meses se vive en cuarteles de la Guardia Civil del Campo de Gibraltar , zona cero de la batalla contra el narco. Toneladas de hachís se acumulan en los calabozos a la espera de poder ser retiradas y destruidas.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) alerta de la grave situación y cifra en casi 20 las toneladas de hachís que se hacinan en estos acuartelamientos a la espera de que el protocolo permita su retirada y transporte hasta el lugar donde debe ser destruida.

María del Carmen Villanueva es la secretaria de AUGC en Cádiz y sostiene que la situación es alarmante e insostenible : «Es tal el volumen de incautaciones que no se le puede dar salida a tanta droga. El sistema no está preparado para afrontar esta situación. Una vez se interviene la droga, es necesaria una autorización judicial para su transporte hasta el lugar donde debe ser destruida. Hacen falta agentes y empresas fiables para ello. Se trata de un proceso bastante complicado que está claro que hay que mejorar, porque vamos casi a alijo diario y la situación ya es insostenible . Hablamos de miles de kilos de hachís almacenados en los calabozos de los cuarteles».

Villanueva denuncia además que esta situación supone un grave riesgo para los agentes de estos cuarteles y las familias que viven en los mismos. « Es una situación insalubre y muy peligrosa. Igual que liberaron a un detenido en un hospital de La Línea… ¡quién sabe lo que se les puede ocurrir!, porque cada vez están más violentos».

Según añade, el Ministerio del Interior es conocedor de la situación «y lo que nos dicen es que están buscando empresas que se puedan hacer cargo de la droga para su destrucción. Hace un par de semanas un general visitó las dependencias donde está la droga, por lo que conocen el problema».

Por ello, insiste en la demanda del reconocimiento del Campo de Gibraltar y del resto de la provincia de Cádiz como zona de especial singularidad . «Hay que mejorar el sistema. No vale que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad trabajen duro en operaciones que duran años para que las causas se dilaten en los juzgados y la droga se acumule en los cuarteles. Cuando reclamamos la zona de especial singularidad no pedimos sólo más medios sino medidas que garanticen que el sistema funcione y sea ágil », añade Villanueva.

Combustible para narcolanchas

El mismo problema se está produciendo con los miles de litros de combustible para narcolanchas que se les intervienen a los narcos, lo que se ha venido a denominar ‘petaqueo’ ya que la gasolina es transportada en petacas. Una vez intervenidos por la Guardia Civil deben ser custodiados en los cuarteles hasta que son retirados.

En este sentido, AUGC reconoce que la respuesta sí está siendo más rápid a: «Cuando lo intervenimos lo llevamos al cuartel y pasan unos días hasta que es retirado pero está claro que hay que mejorar el sistema. Los narcotraficantes están todo el día inventando para zafarse de la presión policial. Tenemos que ir por delante y buscar respuestas ágiles y eficaces» .

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