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Unos cien vecinos de La Línea atacan a la Guardia Civil y a la Policía mientras alijan droga a plena luz del día

Dos agentes de la Benemérita y uno de la Policía Nacional heridos leves

El coche patrulla de la Guardia Civil también tuvo desperfectos por las pedradas ABC

ROMUALDO MAESTRE

A primera hora de la tarde de este pasado domingo 16 de abril una patrulla de la Guardia Civil de tres componentes, y dos zetas del Cuerpo Nacional de Policía fueron atacados por unas cien personas que se encontraban alijando a pie en las inmediaciones de Tonelero, lugar en el que se llevan a cabo la mayoría de los alijos de droga en la Línea de la Concepción.

La patrulla de la Guardia Civil había acudido, al advertir la presencia de una embarcación semirrígida . Al llegar al mismo lugar de los hechos, tanto los tres agentes de la Benemérita como los componentes de los dos zeta que habían acudido como refuerzo fueron apedreados, golpeados e insultados por la muchedumbre que se encontraba cargando la droga de la embarcación. Como consecuencia de esta violenta respuesta de los narcotraficantes y sus colaboradores dos de los guardias civiles sufrieron ligeras contusiones al igual que otro de los compañeros de la Policía Nacional. Además el coche patrulla de la Guardia Civil también tuvo desperfectos por las pedradas. José Cobo García, portavoz de la Asociación Españolas de Guardias Civiles (AEGC) relata a este periódico que las heridas fueron leves «golpes y erosiones en la piel producidas por los arañazos». Cobo García señala asimismo que los hechos se están investigando y que hay dos detenidos por la Policía Nacional. «La gente cree que estos hechos delictivos tienen poca importancia al tratarse de drogas, pero quién dice que en esos fardos cuyo contenido nadie ve vienen otras mercancías como explosivos, hay que concienciar a la gente de que no se puede ayudar a estos traficantes , que las drogas no son un complemento para ayudar a familias necesitadas, los coches de alta gama que se ven conducidos por chavales jóvenes de la zona no son de personas que necesitan ayuda social», apunta el portavoz de esta asociación de guardias civiles.

Desde AEGC aclaran «que si la agresión del domingo no ha sido más grave es gracias a la colaboración de los compañeros de Policía Nacional, porque sin ellos en el puesto de la Línea sería imposible dar respuesta al problema del narcotráfico por la falta de efectivos de la Guardia Civil. Compañeros que se ven desbordados un día sí y otro también tanto con la carga habitual de trabajo en seguridad ciudadana como en su lucha contra el contrabando de droga.» Estos mismos problemas lo hacen extensibles a la Pafite (Patrulla Fiscal Territorial) de la Guardia Civil que opera en la zona. Estos agentes se dedican a temas del contrabando, las falsificaciones y los delitos relacionados con la propiedad intelectual.

Los alijadores huyen de la Guardia Civil al ser sorprendidos ABC

Para la asociación de guardias civiles esperan que lo ocurrido el domingo «sirva de ejemplo y de una vez por todas se refuercen las plantillas de la costa linense y, como insistimos una y otra vez, se aumente la autoprotección de los agentes y se les dote de material antidisturbios, especialmente en zonas tan conflictivas como es esta de la Línea por el problema del narcotráfico. Confiamos en que los que tienen el poder de decisión hoy hayan tomado nota y no esperen a que ocurra algo más grave que unas lesiones leves». José Cobo García considera que el desembarco de droga «no puede ser tomado como un espectáculo público, a veces incluso utilizan a menores, de continuar esto así habría que plantearse un refuerzo con los antidisturbios de la Guardia Civil como medida disuasoria».

Cabe recordar que estos sucesos no ocurren por primera vez . En agosto de 1998 un grupo también de más de un centenar de vecinos del barrio de La Atunara, en La Línea de la Concepción se enfrentaron a una patrulla de la Guardia Civil para facilitar la llegada de un alijo de hachís hasta la playa del Tonelero. En medio de la refriega, uno de los guardias civiles sacó su pistola y disparó al aire dos veces. La presión de la muchedumbre tuvo en cambio sus frutos. Aunque la Guardia Civil consiguió decomisar 125 kilos de la droga, otros fardos, con 55 kilos de hachís, lograron despistarse hacia el interior del pueblo en medio de la confusión. En la operación se lograron incautar cinco bultos que arrojaban un peso de 25 kilogramos cada uno. Uno de los presuntos contrabandistas fue detenido mientras corría con un fajo lleno de hachís en sus manos.

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