Cinco claves que han provocado un terremoto en la Consejería de Salud de Andalucía

En la Consejería se advertía un pulso soterrado entre la consejera, Catalina García, y el viceconsejero, Miguel Ángel Guzmán. De hecho, en las últimas semanas se rumoreaba que, como en el salvaje oeste, sólo podría sobrevivir uno. El gerente del SAS, Diego Vargas, no era ajeno a este pulso de poder. Había perdido la confianza de la consejera y en el Ejecutivo se reprochaba su falta de sintonía con la línea política del Gobierno. Guzmán era su principal valedor, y ambos han terminado abandonando sus cargos. Es llamativo que el sustituto de Guzmán haya sido un 'producto 100% PP', como María Luisa del Moral, portavoz de Sanidad en el Congreso.

La Atención Primaria es el primer frente de contacto con el ciudadano y por tanto el de mayor repercusión social. Pese a que la Consejería defiende unos plazos razonables en las citas previas, la percepción generalizada es que el sistema se colapsa. El Plan específico anunciado por el propio Juanma Moreno en febrero de 2022 no parece ser suficiente.

Junto a la Atención Primaria, el otro gran problema de la Sanidad andaluza. En este caso hay una 'guerra de cifras' entre la contabilidad del Ministerio y de la Junta de Andalucía, que además denunció que ha tenido que asumir pacientes 'fantasmas' de la época del PSOE que esperaban ser intervenidos y no figuraban en los listados oficiales. Según el Ministerio, el tiempo medio de espera en el SAS alcanza los 139 días para operaciones y 121 días para consultas de especialistas, y el número de pacientes en el primer semestre de 2023 ascendía a 841.731 personas para consultas y 192.561 para intervenciones quirúrgicas. El Gobierno de Moreno ha anunciado un plan de choque para reducir estas listas de espera dotado con 734 millones de euros.

Este plan consiste en dos acuerdos marco para concertar tanto pruebas diagnósticas como intervenciones quirúrgicas, de 201 millones de euros y 533 millones respectivamente. El objetivo es vaciar todas las listas de espera en dos años. Para ello se prevén conciertos con la sanidad privada, tanto en Andalucía como en otras comunidades, lo que ha generado polémica, ya que sindicatos y partidos de la oposición reclaman que se dedique ese dinero a explotar de forma más intensiva los quirófanos de la sanidad pública.

Otro gran problema al que se enfrenta la Consejería es la falta de profesionales, agravada por dos factores: las jubilaciones –hoy por hoy, sin tasa de reposición– y la salida de jóvenes profesionales a otros países donde cobran más dinero. En algunas especialidades, como medicina de familia, ya no hay literalmente mano de obra, y la Junta tiene que recurrir a importar profesionales que se muestren conformes con los sueldos que se pagan en Andalucía. La situación empeorará ante la previsión de más jubilaciones.