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EL VERANO, TODOS LOS VERANOS Segovia, valle del Eresma

En las orillas de otra historia

Segovia ha convertido la ribera que circunda el Alcázar en un vergel único, un paseo donde el río marca el ritmo de antiguos muros y nuevas ofertas culturales

Acierta distancia de la típica Segovia de Acueducto romano y mesón de cochinillo, hay otra muy distinta, junto a la escarpada ladera norte del Alcázar y siguiendo las orillas del río Eresma, cuyo desarrollo en los últimos años permite hablar hoy de un lugar literalmente maravilloso. Primero porque es un vergel, lejos del mundanal ruido, digno de un paseo inolvidable por esos senderos que se cuelan bajo puentes de piedra y dejan atisbar entre los árboles inmensos y el relajante sonido del agua, a veces, las torres románicas y otros bellos fragmentos de la ciudad monumental.

El recorrido empieza en la pradera que hay junto al Santuario de la Fuencisla. Muy cerca se encuentra también el convento de Carmelitas donde reposan los restos de San Juan de la Cruz. Y debemos seguir al místico, entrando «más adentro en la espesura», pero no sin antes acercarnos a un lugar único en el mundo: la iglesia de la Vera Cruz. Construida en el siglo XII por los caballeros de la Orden del Temple, hoy es de la Orden de Malta. Y es única por muchos motivos. Para empezar, su planta, dodecagonal, con una sola nave que circunda un edículo de dos plantas, con el altar de piedra y una acústica insólita en la que casi podemos percibir el susurro de los ritos secretos. Y también por el lugar realmente mágico donde se encuentra, desde el que Segovia ofrece su más hermosa panorámica, presidida por el perfil de navío de piedra que tiene el Alcázar. Entrando en los vericuetos del río podemos visitar el Monasterio del Parral, monumental edificio del siglo XV. La formidable iglesia –la nave central se alza 22 metros sobre el suelo– alberga uno de los mejores retablos renacentistas castellanos. El convento domina todo el valle del Eresma y alberga tanta belleza que, no en vano, se ha acuñado en Segovia el dicho: «De los huertos al Parral, paraíso terrenal».

Pero es allí mismo, cruzando el puente, donde se acuñaba el metal desde 1583, en la Real Casa de la Moneda. Es el edificio industrial más antiguo del mundo y está perfectamente recuperado: la Ceca de Felipe II es hoy un museo (o varios) y un lugar de esparcimiento que incluye una de las propuestas más novedosas de la hostelería segoviana: «El ingenio chico». Además, apurando el mes de agosto, se organizan actividades para el próximo fin de semana. Visitas guiadas al Valle (incluyen la Ceca, el Parral y la Vera Cruz), talleres e historia teatralizada para conocer el funcionamiento del Real Ingenio...

Detrás de la muralla, late la ciudad turística y acogedora, como siempre, pero en esta ribera, al norte del pasado, el viajero se siente recorriendo un jardín más secreto, en las orillas de otra historia más frondosa.

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