CONTRAMIRADAS
«Nunca he jugado al negocio del corazón»
Entrevista a Raquel Rodríguez, Miss España en 1994

La noche del 19 de enero de 1994 la vida de una jovencita llamada Raquel Rodríguez dio un giro copernicano. En un suspiro, pasó de ser una simple estudiante de técnico de laboratorio a convertirse en reina de las cámaras de televisión.
Su biografía se centrifugó. Y en un abrir y cerrar de ojos se vio con una maleta camino de Madrid y subida a un carrusel de viajes, pasarelas y sesiones interminables de «photocall» del que no se bajó en años. Tenía 19 años y apenas había puesto un pie fuera de Ciudad Jardín . Hoy, dos décadas después, su voz suena madura y natural al otro lado del teléfono.- En 1994 fue entronizada reina de la belleza. ¿Qué le debe a la corona? -Yo creo que todo. Estaba estudiando y la vida se me torció de una manera brusca. En Madrid conocí al que fue mi marido. Te vas dejando llevar. Trabajé y tuve a mis hijos aquí. Hubiera sido poco inteligente haber vuelto a Córdoba . -¿Qué queda de aquella jovencita de 19 años?-Quedan 20 años atrás. No sé. Queda experiencia, madurez, saber lo que quieres.
«Nunca pensé en presentarme a un concurso de belleza»
No se percibe apenas rastro de su acento cordobés. Al fin y al cabo más de la mitad de su biografía se ha escrito fuera de Córdoba. Una biografía, por cierto, que se aceleró una noche de invierno en Benidorm . «Nunca pensé en presentarme a ningún concurso pero la gente de mi agencia se empeñó. No esperaba ganar. He nacido con estrella. Me presenté a Miss Córdoba, luego Andalucía y finalmente España. Con 19 años imagínese . No sabes ni dónde estás».-Le costó despegarse del nido y coger vuelo. Sobre todo, en un mundo, el de los concursos de belleza, acechado por una industria voraz y no siempre inmaculada.
«Mi experiencia personal ha sido gratificante cien por cien. Antes, los concursos eran muy valorados y se parecían a las finales de fútbol: la familia se juntaba para animar a la chica de tu ciudad. Yo no tengo ninguna queja y los organizadores eran como mis padres. Tuve un gran apoyo de Luis María Ansón. Yo he sido muy tímida y me sentaba siempre al lado de ese señor, que no sabía ni quien era. Me cogió cariño y yo lo adoro. Ha venido hasta a mi boda y seguimos estando en contacto. Es un señor y un hombre sabio».
Dos años de contrato
La agencia que organizaba el concurso de misses la contrató durante dos años, conforme a lo estipulado. Actos de promoción, pases de moda, jurado para otros certámenes y un listado interminable de compromisos de imagen.
Luego, con apenas 21 años, se casó y su vida pública se fue eclipsando mientras se iba centrando en la maternidad. Tuvo tres hijos antes de separarse. «Aquí, si desapareces, te cuesta volver. Ahora, mi hija pequeña tiene siete años y quiero retomar mis cosas».
Con María José Suárez, amiga íntima y también Miss España , esponsorizó una línea de zapatos que no funcionó. Y actualmente, Raquel está en negociaciones para convertirse en relaciones públicas de una clínica de estética. -Ser Miss España es un seguro de vida.-No. Pero si eres inteligente puedes aguantar. El otro día fui a una fiesta de moda y si le digo que había diez misses no le miento. La gente reconocía a las antiguas: a Juncal Rivero, Raquel Revuelta y las que seguimos todavía ahí. Y yo me pregunté: ¿cómo es que no están aquí las actuales?
«Ante las cámaras meto la pata seguro»
-¿El futuro es lo que soñaba?-Ha habido chicas que lo han pasado mal, pero yo he tenido una experiencia soñada por todas las chicas. Ahora me lo pensaría pero entonces era un cuento. Pero un cuento de princesas. ¿Sabes? Llegabas a una fiesta y la miss España era un personaje súper respetado. Súper importante .
-La miss Eva Pedraza declaró: «La belleza es, a veces, una pesada carga». ¿Para usted también? -No. Para mí nunca. De verdad. Eva ha querido basar su vida en el mundo del cine y la televisión y sí le ha podido perjudicar. Cuando quieres hacer una película ya vas con el título y parece que llegas por tu cara bonita.
-A usted no le tentó el celuloide.-Como me casé con 21 años eso me frenó en cierto sentido. No tenía claro la carrera que quería tener. Y siempre he sido muy tímida. Cada vez más tímida.
-Usted dijo una vez: «Siempre me han atemorizado las cámaras». Mal asunto para una reina que vive de la imagen.-Yo creo que en el fondo a todos nos atemoriza porque en cualquier momento puedes meter la pata. A mí me da mucha inseguridad. Igual que soy natural ahora hablando con usted, delante de una cámara soy otra persona.
-Le intimida.-Sí. Fotos las que quieras, pero ante las cámaras no me preguntes que meto la pata seguro.
-En el negocio del corazón, ¿todo tiene precio?-Yo creo que todo eso es un juego. Y si entras y juegas, luego no quieras salirte del juego.
-Usted no ha querido jugar.-Yo nunca he jugado. Mi vida es tan sincera y real que meterte en una mentira no me dejaría luego dormir. Yo nunca he entrado en el juego y podría haberlo hecho. Cuando entras en el juego das que hablar y la gente se acuerda de ti. Eso te viene bien para jugar tus cartas. Ahora es todo fácil: conoces a alguien famoso y vas a la televisión.
-¿Cómo se lleva con el papel cuché?-Fenomenal. A mí la prensa me quiere y yo a ellos. Nos respetamos. Yo digo la verdad. Por ejemplo, con Pepín Liria llevan toda la vida diciendo que si somos pareja. Que no. Él siempre ha tenido sus novias. ¿Cuántas veces lo tengo que decir? No tengo que esconderme y si no, lo diría.
-¿Qué error le ha pasado factura? -No ha habido ningún error. No es que sea perfecta, pero en este mundo del corazón nada de nada.
-¿En qué escala mide el éxito Raquel Rodríguez?-El éxito completo es mejor no tenerlo. Hay que tener siempre una ilusión. Yo soy una persona exitosa, en el sentido de que estoy completa en mi vida. He trabajado mucho, tengo una familia estupenda, unos amigos magníficos. Tienes que tener cosas para luchar por ellas.
-¿Todos los caminos conducen a Madrid?-Creo que sí. Depende de para qué. El mundo de los actores, de la moda, los actos importantes, las televisiones están aquí. Si yo pudiera, quizás elegiría otra ciudad para vivir. Barcelona me parece una ciudad fantástica, o Córdoba, o Sevilla. Pero el movimiento está aquí. Tienes vida social siempre. A Córdoba viene cada vez que encuentra hueco en su agenda , generalmente durante las vacaciones. Pero la frecuenta menos de lo que desearía. En todo caso, no le quita el ojo de encima. «Veo a la ciudad más actual, más moderna, más activada. Le noto una energía para hacer cosas igual que otras veces la he visto más parada. Me gusta. Y me encanta el Mercado Victoria». -El abogado Rafael Rich declaró en una entrevista para ABC que «Córdoba es una buena ciudad para volver». ¿Se da por aludida? -No sé qué va a pasar mañana. Ahora mismo mi familia está aquí en Madrid. He hecho aquí mi vida y aquí está mi nido. Me encanta ir a Córdoba porque allí está mi sangre, pero llevo ya en Madrid veinte años.-¿Por qué página abre los periódicos? -Leo los periódicos por encima, pero intento ver un telediario al día. Hoy lo he pensado: voy a echar un vistazo a la prensa todas las mañanas en el iPad.-¿No nos representan?-Somos muy inconformistas y sea el partido que sea vamos a tener el mismo problema. Debería haber un partido y ya está. Como en Estados Unidos. Todos a una estaríamos muy bien. ¿Quién nos va a representar?-Usted dirá.- El Rey. Me encanta el nuevo Rey. Don Felipe me encanta . Es lo mejor que nos está pasando. Gente joven, moderna y actual.
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