El problema de no poder oír

Centro Auditivo Campos, con más de 30 años de experiencia, ofrece en su nueva clínica de Córdoba la última tecnología en audífonos con una adaptación personalizada a cada caso
Una de cada diez personas sufre un problema auditivo. Una cifra que se dispara al pasar la barrera de los 60 años. A esa edad las revisiones del oído deben ser anuales. En el Día del Mayor hay que recordar que el 75 por ciento de los clientes del Centro Auditivo Campos han pasado la edad de jubilación. Este tipo de dolencias pueden pasar desapercibidas para quien los sufre y son sus familiares los que alertan de esta dificultad.
En el Centro Auditivo Campos, que cuenta con audiólogos y audioprotesistas, ofrecen un estudio pormenorizado a cada persona, derivándolo al otorrino si detectan que el problema va más allá de la simple pérdida de audición. Desde el pasado 8 de junio, este centro ha abierto sus puertas en el Paseo de la Victoria con las técnicas más avanzadas en audífonos y accesorios de última generación, capaces de captar el sonido del portero electrónico de casa o el teléfono.
Desde este centro auditivo, Francisco Campos, recuerda que «a cada cliente se le hace un estudio para detectar el problema que tiene, y en caso de concretarse la pérdida de oído le buscamos la prótesis auditiva correcta». En el centro «tenemos todas las marcas, desde audífonos pediátricos a una gran variedad que se adapta a cada persona», matiza. Lo primero que se hace, asegura, es una entrevista donde se recogen los datos necesarios del paciente como profesión, antecedentes familiares o perforaciones.
El siguiente paso son las audiometrías y autoescopias. Sin embargo, uno de los factores más determinantes a la hora de sufrir sordera, además del rastro genético, es la edad. «Perdemos oído por un fallo progresivo de las células de la cóclea, que ya no se regeneran. Aunque la mayoría de las sorderas no se pueden revertir, la presbiacusia sí se puede ralentizar siguiendo una serie de hábitos saludables», señalan en el Centro Auditivo Campos. Entre estas recomendaciones están «evitar ruidos fuertes o usar tapones en el caso de los cazadores y huir del uso prolongado de auriculares a alto volumen».
Sin embargo, cada día la sordera aparece a edades más tempranas ya que el oído puede verse seriamente afectado desde el paso de un autobús al uso de una aspiradora, explican.
La sordera no avisa
Además, los expertos advierten de que la sordera no avisa, ya que no hay signo de fatiga auditiva como sí puede ocurrir en el caso de la visión.
Generalmente, la gravedad de la dolencia depende mucho del momento en el que se aparece, ya que no es lo mismo que se trate de una sordera congénita o que haya comenzado antes del desarrollo del lenguaje a que aparezca después. Es muy importante determinar el tipo correcto con el fin de instaurar el tratamiento adecuado.
Hay tres tipos de sordera fundamentalmente. El primero y más frecuente, relacionado con la edad, es la llamada neurosensorial, provocada por un problema interno de la cóclea, cuyas células mueren y no se regeneran. También está la denominada de transmisión, en la que los tejidos están en perfecto estado pero hay un problema que puede ir desde un tapón de cera a los huesecillos del oído. El tercer tipo de sordera es que el combina los dos anteriores.
En el Centro Auditivo Campos también asesoran a las personas que acuden con problemas auditivos sobre la posibilidad de solicitar una discapacidad o una ayuda por parte de las administraciones para costear parte de su tratamiento.
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