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Patrimonio

Los baños árabes de Córdoba se preparan para volver a la luz tras cinco siglos de espera

Cultura iniciará las obras de los de San Pedro en 2023 y sigue con los trámites para los de la Pescadería

Los conjuntos tuvieron uso en época cristiana, se convirtieron en edificios de viviendas y se salvaron de la ruina

La Junta avanza en las tareas previas para recuperar los Baños Árabes de San Pedro

La Junta de Andalucía rescata los baños árabes de la Pescadería en Córdoba para hacerlos visitables

Interior de los baños árabes de San Pedro Roldán Serrano
Luis Miranda

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Los siglos transcurren como si fueran años por dos conjuntos de baños árabes de Córdoba. Pasó primero tiempo en que permanecieron sepultados debajo de otros usos y pasó también un largo periodo desde que se descubrió su valor hasta que se pudo actuar.

Ahora la Junta de Andalucía mantiene en marcha el proceso para recuperarlos, aunque algo más adelantado el de San Pedro: se espera adjudicar para el próximo año y empezar los trabajos. Se han presupuestado más de 440.000 euros.

La historia de estos conjuntos es paralela y, aunque su estado de conservación es bastante distinto, ambos tuvieron esplendor en la misma época, estuvieron ligados a destacadas mezquitas, se siguieron usando tras la Reconquista y luego sus edificios pasaron a ser de viviendas.

Los llamados Baños de la Pescadería, llamados ahora así por estar en la zona que tenía este nombre, estaban en la Medina, es decir, en la parte alta de la Córdoba islámica, y por lo tanto la que tenía más relevancia social.

Los de San Pedro pudieron estar asociados a una mezquita situada donde estuvo la basílica de los Tres Mártires

El estudio realizado por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía asegura que estos baños se levantaron por estar junto a una puerta que se abrió en el ángulo suroriental de la Medina. «Fue algo que supuso un punto de inflexión en el desarrollo urbano y promoción de esta zona de la ciudad», afirman los técnicos. Estaría situada más o menos al comienzo de lo que hoy es la confluencia entre la actual calle Cardenal González y la calle San Fernando, cuyo trazado era la división entre la Medina y la Ajerquía, la ciudad baja.

No muy lejos de donde ahora está la Cruz del Rastro y junto a una puerta que luego se llamó de la Pescadería y Arquillo de Calceteros. Es decir, en un lugar con bastante tránsito y por lo tanto con fuerte actividad económica, tanto en la época musulmana como en la cristiana.

Fue el de los baños un edificio de gran tamaño, que tuvo que ocupar toda una manzana entre las calles que hoy se llaman Cardenal González, Cara y Travesía de Pozo de Cueto. Para entender cómo funcionó hay primero que asomarse a la zona en la que estaba.

Interior de los baños árabes de Pescadería Rafael Carmona

Según el historiador Manuel Ocaña, esta zona era el punto de encuentro entre dos grandes arterias. Una, en el interior de la Medina, comunicaba con la mezquita que estuvo donde luego se levantó el convento de Santa Clara. Otra, hacia la Ajerquía, llevaba hasta lo que hoy es Santiago y, más allá, a Medina Al-Zahira, la ciudad construida por Almanzor.

Estaba el baño junto a una mezquita que ocuparía lo que luego fue el hospital de San Cristóbal y Santa María Magdalena, popularmente conocido como de la Lámpara, que estaba entre esta puerta y el Guadalquivir. A ella tendría que asociarse.

Con la llegada de los cristianos, la zona de la actual calle Cardenal González se convirtió en un importante eje de servicios y el edificio continuó teniendo uso público. En 1249, trece años después de la entrada de San Fernando, las fuentes cristianas seguían hablando de los baños, pero su edificio se había entregado al obispo y al Cabildo.

Las investigaciones en los siglos XIX y XX hallaron e identificaron los restos, que tuvieron pronto carácter de monumento

El prelado lo tuvo poco tiempo, porque lo cambió a la corporación catedralicia por otras propiedades . Lo tuvieron varios particulares en usufructo vitalicio, hasta que en el año 1453, el Cabildo decidió vender el inmueble a Bartolomé Rodríguez. Para los historiadores, en este momento, ya a mediados del siglo XV, dejó de ser un baño de uso público, tal y como se había construido, y comenzó a servir para viviendas.

Sobre las antiguas bóvedas caladas comenzaron a construirse estancias cubiertas, pero pervivió el recuerdo del antiguo uso: aquellas eran las casas de baño de la Pescadería.

Una de las estancias de los baños de la Pescadería Rafael Carmona

En el siglo XX ya que se había que este baño había existido y fue capaz de identificarlo Enrique Romero de Torres, hermano del pintor y gran investigador de la historia y el patrimonio de la ciudad. Le acompañó el arquitecto Félix Hernández, una personalidad clave en la recuperación del pasado de Córdoba, tanto en la restauración de la Mezquita-Catedral como en las primeras excavaciones de Medina Azahara.

Su trabajo hizo posible determinar su valor y el Gobierno declaró este conjunto Monumento Nacional en el año 1954, pero eso no supuso más que un nombramiento, porque en diciembre de 1990 el Ayuntamiento propuso el derribo de un edificio declarado en ruina consumada.

La Junta de Andalucía ya tenía la propiedad de algunas de las casas y terminó comprando todas las demás para hacer unas obras de emergencia en 1993, que incluían una cubierta parcial para proteger frente a la lluvia. Cada dos o tres años se han realizado obras de consolidación e investigación arqueológica que tienen que culminar con su restauración y apertura definitiva.

Ambos están en manos de la Junta desde la década de 1990, aunque hasta hace pocos años sólo hubo obras de mantenimiento

Los primeros en visitarse, si todo continúa como hasta ahora, serán los Baños Árabes llamados de San Pedro, que ocupan los números 8, 10 y 12 de la calle Carlos Rubio. Estaban en la Ajerquía o ciudad baja y también tuvieron que levantarse junto a una mezquita: la que se levantó en el lugar donde estuvo la basílica mozárabe de los Tres Santos. Fue en 1031 y aquel lugar terminaría por ser de nuevo un templo cristiano: la actual iglesia de San Pedro. Por eso el informe arqueológico elaborado por Pedro Ruiz habla de su construcción entre los siglos XI y XII, por la aparición de un capitel almorávide.

En el pasado tuvieron dos accesos, de los que se conserva uno, el de la actual calle Carlos Rubio, pero no el del oeste, que daba a la plaza de la Paja. Como los de la Pescadería, permanecieron en uso como baños hasta el año 1524, en que la caldera se desmontó para utilizarse en los Baños de Santa María, en la calle Velázquez Bosco, y después tuvieron uso privado durante siglos.

El último fue el de un taller de joyería, que se situó sobre sus distintas salas, pero ayudó a su conservación. Antes fue para viviendas. Pervivieron también el nombre y la memoria.

Basa de una columna de los baños árabes de San Pedro Roldán Serrano

En el siglo XIX, Teodomiro Ramírez de Arellano recorre la calle que se llamaba del Baño y cuenta que lo era por el establecimiento que existió allí. Lo había descubierto Luis María Ramírez de las Casas Deza. El nombre popular de la vía pervivió entre los vecinos hasta después de la imposición del nuevo e incluso se ofreció como lugar de turismo en el año 1920.

Su declaración como Monumento Histórico en junio de 1931 fue un paso aislado que no tuvo continuidad hasta 1992, cuando la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía compró los inmuebles para protegerlos.

Derrumbamiento

Un año después, la zona superior del muro de la fachada del número 8 de Carlos Rubio sufrió un derrumbe que provocó la actuación de los bomberos y pocos días después, el entonces alcalde, Herminio Trigo, decretó la demolición de la cubierta del edificio y el muro de fachada hasta la altura del primer forjado.

A partir de entonces, la Junta de Andalucía tuvo que realizar distintas actuaciones. Las primeras, más urgentes, para consolidar la zona y evitar más derrumbamientos, y desde entonces se han sucedido distintas actuaciones de conservación, con tareas como eliminar la vegetación y el mantenimiento.

Sólo en la segunda mitad de la década pasada se dieron pasos para conservar el conjunto, que continuaron con el nuevo Gobierno autonómico. Primero, con el levantamiento planimétrico, luego con la redacción del proyecto y a lo largo del próximo año con las obras que permitirán que sean muchos los que conozcan estos conjuntos.

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