análisis
La doble cara del exgerente de Urbanismo: de la basura neumática a la pancarta con las placas solares
posición
García Fernández impulsó la recogida tumbada por los tribunales y ahora protesta contra el modelo del Casco
El TSJA anula el plan especial de recogida neumática de basuras de Córdoba
El Ayuntamiento subvencionará la instalación de placas solares en el casco de Córdoba

De capitanear en los despachos el sistema de recogida neumática de basura en Córdoba que ha tumbado recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), y que pone en solfa decenas de millones de euros a los vecinos de los barrios nuevos de la capital más un coste extra en la puesta en marcha de viviendas a los promotores, a ser ahora mismo uno de los líderes de la campaña de protestas en la sede Capitulares contra el plan del Ayuntamiento de Córdoba para permitir la instalación de placas solares en el Casco Histórico de la ciudad, lo que supondrá implantar una energía limpia.
Hablamos de Emilio García Fernández, que fuera gerente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Córdoba durante el mandato de Izquierda Unida (IU) —junto al PSOE—. Precisamente, durante su gestión como máximo responsable técnico en este organismo fue cuando se aprobó la instrucción que obligaba a la construcción de las autovías de tuberías para el subsuelo desde los edificios de la nueva Córdoba hasta las plantas de recogida (a ninguna parte, porque nunca se construyeron éstas).
De hecho, ahí está el 'quid' de la cuestión y el revés judicial. La izquierda, durante su mandato, intentó que las mismas se situaran bajo un espacio reservado por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para zonas verdes, muy cerca de Noreña. La política medio ambiental en entredicho. El tribunal, lógicamente, afeó esta intención por considerar que aquella instrucción que modificó el plan especial de la zona no era una herramienta suficiente para invadir competencias del PGOU.
Cambio de posición
Pero, donde dije digo, ahora digo Diego. García Fernández ahora propugna otros principios en sus pancartas. Al exgerente de Urbanismo, aquel desaguisado —del que se desconoce aún qué repercusión final tendrá para el bolsillo de los ciudadanos por unas obras que no han servido ni sirven para nada— no le preocupa, sí que el cogobierno de Partido Popular y Ciudadanos quiera dar luz verde a una propuesta para que los vecinos del Casco Histórico de Córdoba puedan por fin acceder a una energía limpia y renovable como las placas solares para sus edificios o negocios bajo diferentes grados de actuación.
Emilio García Fernández muestra ahora pancartas en la puerta de entrada de Capitulares. Desea las placas, pero repudia el modelo para instalarlas. Una doble vara de medir. La defensa del Medio Ambiente se quedó en un proyecto millonario de recogida de basura que ha finiquitado la justicia (a expensas de un posible recurso). En este momento, la prioridad no parecen ya las miles de emisiones de gases de efecto invernadero que pueden evitarse con la instalación de las placas solares en el Casco Histórico (que las desea, pero a su forma), sino dañar el modelo del contrincante político aunque sea en contra de los principios de una economía verde.
García Fernández (Melilla, 1954) es licenciado en Arquitectura por la Universidad de Sevilla y funcionario de carrera de la Junta de Andalucía. En su trayectoria en la GMU de Córdoba también trató de liderar la pataleta contra la inmatriculación de la Mezquita Catedral como un bien del Cabildo y de la Iglesia.
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