LIBRE DIRECTO
Recuerdos de un barrio
No terminaría mi relación con el colegio y el barrio al concluir los estudios en 1979, si no que ha continuado hasta hoy como antiguo alumno y padre de alumnos
Santuario sopla 50 velas

El barrio de Santuario cumple 50 años, como recogía ABC en una espléndida crónica nuestro compañero Rafael Aguilar. Construido a la vera del santuario de la patrona de Córdoba, la Virgen de la Fuensanta, del que tomó nombre, y lindero con el barrio de Fuensanta. Ambos se alzaron prácticamente a la vez, de un mismo proyecto que desde 1968 impulsaban el Instituto Nacional de Urbanización y la Caja Provincial de Ahorros. Más de 4.000 viviendas económicas, de 50 y 120 metros cuadrados, de entre cuatro y ocho plantas, iban a permitir a muchas familias acceder a su propia casa.
Con el permiso de ustedes les diré que me toca de lleno esta celebración porque en 1973, empezando un servidor 7º de EGB, mi colegio, el Cervantes de los hermanos maristas, se mudó del noble edificio de la plaza de la Compañía a un nuevo y moderno inmueble en ese barrio.
Antonio Gil, capellán entonces del colegio, bendijo en 1970 la colocación de la primera piedra, aunque hasta 1971 no comenzaron las obras, a cargo de la empresa Imara S.A. bajo proyecto del arquitecto Víctor Escribano. Finalizaron en el verano de 1973 y se inauguraron en octubre, con cabida para unos mil seiscientos alumnos y grandes pistas deportivas. No terminaría mi relación con el colegio y el barrio al concluir los estudios en 1979, si no que ha continuado hasta hoy como antiguo alumno y padre de alumnos.
Si Cervantes es la gran referencia educativa de Fuensanta-Santuario, la social es el Club Santuario, inaugurado en 1973 y regido por la Caja Provincial, siguiendo el modelo del Club Figueroa, hasta 1996 cuando pasó a depender del Ayuntamiento. Allí cruzábamos a desayunar al principio de mis años colegiales porque tenía el único bar de la zona. Y la referencia religiosa en estas bodas de oro es la parroquia de San Rafael y su párroco desde 1973, Santiago Baena, cuya obra se refleja en el libro 'Raíces': la fundación de Frapa, para la formación y desarrollo integral del discapacitado; la cooperativa Alfar-Frapa; el Hogar de Mayores; el Hogar parroquial; la Asociación de Vecinos; las obras culturales…
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