Sequía
Julio Berbel, catedrático de la Universidad de Córdoba: «¿No habría que pagar 40 céntimos al día por redes de agua en buen estado?»
El profesor de la UCO pertenece al comité contra la sequía que ya prepara la próxima época de escasez
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Si es usted agricultor, llevará notando la sequía como poco tres años; si vive en un pueblo, quizás haya lamentado algunas molestias este verano. Y si reside en una gran ciudad, sólo se habrá dado cuenta de la escasez a través de los medios de comunicación. Las urbes son las últimas en enterarse de la sequía porque conocieron sus consecuencias en la gran escasez de los 90. «Se pusieron las pilas», explica Julio Berbel, profesor de la UCO que pertenece al comité de expertos contra la sequía creado por Juanma Moreno.
-¿Qué tipo de medidas contra la sequía puede proponer el comité de expertos?
-En España tenemos un protocolo contra la sequía que quizás sea el único en Europa bien desarrollado, porque hemos tenido sequías de importancia cada 10 años. Pero eso no es suficiente. Hay medidas como la conexión de cuencas, el ahorro en las ciudades o el aumento del agua generada que deben servir para prepararnos para la próxima sequía. En esta estamos tan metidos que solo se pueden hacer obras de emergencia y cesiones de derechos o compraventa de aguas para paliar los daños. Lo que nos han pedido al comité de expertos es prepararnos para la próxima. Si el año que viene sigue siendo tan malo ya veremos qué más se nos ocurre.
-¿Estamos de verdad en una situación crítica?
-Esta sequía es menos mala que la del 95, cuando había agua para tres meses en toda la cuenca y ni siquiera se regaron los árboles. Muchos frutales se arrancaron. No estamos tan mal todavía, porque entonces se hicieron presas como la de Melonares, que ha salvado a Sevilla, o San Rafael de Navallana en Córdoba, que han garantizado el agua a las ciudades.
-¿A qué se debe la actual sequía? ¿Es culpa del cambio climático?
-Cada 10 años tenemos un ciclo de sequía y cada 50 ó 100 una muy grave como la del 92. ¿Esto es cambio climático? No lo sé. Las temperaturas están siendo anormalmente altas y esto complica la cosa más, ya que los cultivos piden más agua, que no hay. Pero los modelos climáticos tienen mucha incertidumbre en las precipitaciones. Mi intuición me dice que lloverá lo mismo pero de forma más irregular, lo cual va a ser más complicado de gestionar.
«Las ciudades pequeñas y medianas son un desastre en las conducciones de agua»
Julio Berbel
Miembro del grupo de expertos contra la sequía
-¿Hay que concienciar más a la población sobre el uso del agua?
-Todo el mundo tiene que hacer sus cosas. La Colada terminó hace años y ahora están haciendo la obra de emergencia. La sequía hay que prepararla antes, no acordarse de Santa Bárbara cuando truena. Me preocupan los ayuntamientos. En las grandes capitales, las redes de distribución son eficientes, con pérdidas en red por debajo del 10 por ciento, y es muy difícil bajar de ahí porque cuesta mucho dinero. En las últimas sequías se puso todo el mundo las pilas y esas redes están muy bien. Pero en Andalucía las ciudades pequeñas y medianas son un desastre. La Andalucía rural, con ciudades de 10.000 o 30.000 personas, deberían tener mejores redes, ya que pierden hasta el 50 por ciento. Meter más agua en la red para que se pierda la mitad es un disparate. No hay que pedirle esfuerzos sólo al ciudadano, las administraciones locales deben hacer su parte en vez de pensar que si no hacen los deberes, la Junta les resolverá el problema.
-¿Parte del problema está entonces en la Andalucía rural?
-Miran mucho el céntimo y ahora mismo el agua es barata teniendo en cuenta la situación que tenemos en Andalucía. Los pequeños y medianos municipios son los que sufren la escasez, las grandes ciudades no la padecen. Ahí hay que hacer un esfuerzo.
-¿Habría que subir el precio del agua?
-Creo que habría que hacer las cosas bien. En las ciudades grandes se está pagando lo que hay que pagar. Están tecnificadas, se llevaron el susto en la gran sequía y ahora tienen infraestructura que se ha ido pagando. Eso no es problema. Lo es en pueblos pequeños, donde cuesta mucho subir el precio porque la renta es baja. Pero hay pueblos con restricciones y pérdidas del 50 por ciento. Si el coste del agua incluye reparar las redes, pues hay que hacerlo. Estamos hablando de que una persona gasta al día unos 30 céntimos en agua. ¿No habría que pagar 40 por tener las redes en buen estado? Y con eso tienes agua para todo. Hay una racanería que no entiendo y se hace política con lo que no se tiene que hacer. Las redes y depuradoras tienen que funcionar y pagar lo que cuestan. Ahora todas las empresas de agua están perdiendo dinero por el coste de la electricidad, ya que depurar consume mucha energía, pero nadie se atreve a subir los precios en un año electoral.
-Los regantes también piden siempre más agua...
-Ellos se han puesto las pilas hace tiempo. Cuando la sequía llega a las ciudades, dos o tres años antes antes ya ha llegado al agricultor. Ahora están con dotaciones del 20 por ciento de lo normal. Con eso sólo mantienen el frutal con vida, pero no se puede producir. Mientras tanto se han seguido regando zonas verdes. Los regantes han optimizado sus sistemas todo lo posible y hacen maravillas con ese 20 por ciento, porque les va la vida en ello, pero en las ciudades no nos hemos enterado todavía de la sequía. Tampoco la gente tira el agua ni se duchan cinco veces al día.
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-El Guadalquivir es la cuenca más regulada de España en proporción a sus recursos. Hay tres o cuatro embalses que aún pueden hacerse pero el Ministerio no quiere. En las cuencas mediterráneas también hay que hacer embalses, como en Huelva. Lo que sí se está haciendo ahí es reutilizar las aguas de depuración, que no se usaban. En el interior no tiene sentido hacerlo, pero en litoral sí.
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