Toros
La última faena de El Cordobés: un torero de futuro para Córdoba
Reportaje
La fundación del V Califa impulsa la proyección del exitoso novillero cordobés de 16 años Manuel Román
Finito indulta un Fuenteymbro en Lucena y corta tres orejas y rabo simbólico en su encerrona con Mercé
Guillermo Hermoso de Mendoza corta dos orejas en Pozoblanco y Hernández y Vincens, una por coleta

Dice el quinto Califa que «tiene una cabeza privilegiada». De privilegios va este texto. Sin cariz presuntuoso, vaya por delante. Manuel Román, como ya viene informando ABC, es a día de hoy el protagonista taurino cordobés que mayor atractivo atesora en este ... 2022. La secuencia de hitos que acumula en apenas meses; el volumen de seguidores; la redundancia de su presencia mediática en televisión, internet o prensa; su éxito incuestionable en el escalafón más básico, pero a la vez, más predictivo, hacen que su figura asuma una relevancia, como mínimo, para asimilar con entusiasmo. También con prudencia. Que dice, también, el quinto Califa que «ya es seguidor suyo» y que por eso «hay que echarle una mano desde mi fundación». Eso, como mínimo, hay que acatarlo.
Este periódico tiene el privilegio de asistir al primer tentadero que el joven proyecto de torero comparte con el veterano dueño del califato. Una cita que se desarrolla entre semana, en la finca del ganadero Ramón Sánchez, en Villalobillos, donde solo unos pocos invitados tienen la posibilidad de comprobar 'in situ' la potencialidad de un joven de apenas dieciséis años que lleva el toreo inserto de manera innata en su cabeza.
Don Ramón, con su cordialidad y hospitalidad, propicia, por su estrecha amistad con el veterano torero, «echar tres vacas» que financia la Fundación Manuel Benítez para contrastar todos esos valores. «Tenemos el propósito de ayudar a todo el que se lo merezca, desde abajo. Mi misión es poder colaborar, echar una mano a todo el que demuestre que tiene condiciones», explica Manuel Benítez.
Se da la circunstancia de que es la segunda vez que se ven las caras en persona el novillero y el reputado diestro. Este hecho, ha sido manejado con cautela hasta su celebración, por expreso deseo del primero, que maneja los tiempos en base a las perspectivas que se van consolidando. Como tal caso, la cita regala una sesión vespertina de toreo claramente grata, tremendamente productiva para el entendimiento de quienes ya barruntan el posible nacimiento de un nuevo exponente.
Con soltura
Román salta al ruedo para tentar con la misma soltura que lo puede hacer un torero consolidado. Evidencia un poso que invita a recordar a quien lleva haciendo la misma práctica toda su vida, sin caer en la cuenta de que se trata de un menor que apenas suma ocho meses serpenteando la geografía taurina. Manuel es un chico de mirada tímida, algo introvertido y que suele escuchar con los ojos muy abiertos. Si uno no le conociera y le identificara andando por la calle, bien podría confundírsele con el típico perfil de estudiante de la ESO con expresión bondadosa, educado y obediente en casa.
Su gesto angelical, estampa de monaguillo de parroquia, contrasta con la firmeza y decisión con la que maneja los trastos ya delante de las reses. En esta ocasión, se enfrenta a un trío de vacas, todas con fondo, pero limitadas de fuerzas y obligadas a ser entendidas desde el arranque. Esa condición es asumida con doctrina por el joven, que escucha al Califa, muy pendiente de su desarrollo. «Tranquilo, tranquilo... Ve a por ella, ataca. Toca, toca», consigna Benítez desde el ruedo. El novillero, que mira a su antagonista escuchando desde la mirada y viendo a través de los oídos la sabiduría de su mentor se muestra maduro, sobrio, elegante, templado, docto. Sorprende su desparpajo, su conocimiento de los terrenos y la naturalidad con la que afronta esa coyuntura. Los engaños los maneja con criterio, pareciendo las telas una prolongación de la autenticidad de su concepto. Privilegio de quién lo contempla; la suerte de los presentes.
Valoración
«Tenemos un valor muy grande»
Manuel Benítez
Torero
«Tenemos un valor muy grande», apostilla el quinto Califa, que añade «está haciendo cosas con los novillos de manera fantástica. Lleva a muchos seguidores, yo entre ellos. Le he visto en televisión y esta es la primera vez que le veo torear. Esperemos que con la ayuda de todos, se vaya cuajando cada vez más. Le doy la enhorabuena para que tenga la ilusión de seguir hacia delante».
De su lado, el novillero aclara que «es un privilegio estar aquí con el maestro». De momento, no se plantea debutar con caballos porque, como indica, «lo primero es aprovechar lo que tengo», en alusión a una temporada cargada de compromisos en muchos rincones del planeta toro. «Cuando me sienta preparado, llegará. Si es la temporada que viene o la otra. Aunque no puedo decir que no me haga ilusión debutar y torear en Córdoba el año que viene. Sería un sueño para mí».
Futuro
«Cuando me sienta preparado, llegará debutar con caballos»
Manuel Román
Novillero
De llegar ese momento, al buen hacer del novillero le va a acompañar una más que previsible marea de seguidores. La expectación generada desde hace meses y la evidente constatación del motivo de la existencia de la misma barruntan tiempos, cuanto menos, esperanzadores para la afición de Córdoba. Merece tener en cuenta la sentencia que apostilla Benítez al matizar que «quién contrata de verdad a los toreros es el público». Habla la voz de la experiencia y el joven lo asimila con interés.
Dice Benítez que «dar novilladas hoy en día está muy difícil, porque hace falta mucho dinero para echar a andar a un chaval. Pero no es imposible. Lo que hace falta es que el novillero apueste mucho hacia lo que está haciendo, que no se desvíe. En la vida hay tiempo para todo. Román tiene una mente privilegiada, un valor suyo, una personalidad. A la gente eso le engancha. No podemos equivocarnos, ni lanzarle a lo loco. Por falta de ayuda y orientación no será. Para esto estoy yo aquí. Al final, será lo que Dios quiera».
La jornada de campo se diluye transcurridas tres horas, donde Román, con su padre y abuelo, emprenden el camino que les vuelve a guiar hacia la temporada. De toros se habla, también de caza y de la afición que el novillero guarda también hacia esa disciplina.

Tras la partida, el que escribe no tiene la sensación de haber asistido a un tentadero al uso. Las sensaciones se parecen a las que años atrás emergieron cuando el único torero en activo en el escalafón cordobés irrumpía en la escena. De aquel hito han transcurrido treinta y cinco años. En esas, se cierra el día con un ocaso colorido que permite imaginar una vida, con alicientes taurinos. Otra vez, a seguir a un torero. Un privilegio.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete