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ENTREVISTA

Natalia Pérez Fuillerat (presidenta del Colegio de Enfemería): «Nos enfrentamos a limitaciones que no deberían existir»

Sustituye a Pérez Raya, un peso pesado, y está empeñada en que sus compañeros se sientan representados

Natalia Pérez Fuillerat, nueva presidente del Colegio de Enfermería de Córdoba

Natalia Pérez Fuillerat en el Colegio de Enfermería VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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Natalia Pérez Fuillerat, nacida en Córdoba capital hace 35 años, quiere dejar huella en la enfermería. Acaba de ganar las elecciones a la presidencia del Colegio profesional de la provincia imponiéndose por 317 votos frente a 205 a la candidatura oficialista, que lideraba Enrique Castillo.

—Usted va a suceder en el cargo a Florentino Pérez Raya, que ha estado en él desde 1989 y que ha tenido responsabilidades colegiales a nivel andaluz y que ahora es el presidente de la entidad en España. Es un reto añadido, ¿no?

—Realmente nosotros presentamos nuestra candidatura porque pensábamos que había que darle un cambio al enfoque del Colegio en Córdoba, para que se le diera respuesta a las necesidades de los colegiados. Con respecto al nivel de experiencia de Florentino es verdad que, en comparación con él, soy una persona joven, pero en el equipo que hemos conformado en la candidatura que yo encabezo, además de ser representativa de las diferentes especialidades y servicios en los que trabajamos las enfermeras, también hay compañeros con una dilatada experiencia. De hecho, mi vicepresidenta es Adoración Muñoz Alonso, tiene sesenta años y ha sido directora del Distrito Córdoba. Como ve, todas las personas de mi candidatura no tienen mi edad. Querría decir que Florentino nos ha trasladado que tenemos todos su apoyo y colaboración para lo que todo lo que necesitemos. Ahora tenemos que ir priorizando las actividades y decisiones e ir avanzando poco a poco: esto es una carrera de fondo.

—El lema de su campaña era 'Únete al cambio', con lo que queda claro que su afán principal es la renovación. ¿En qué cree que debe consistir esa transformación del Colegio?

—Lo principal es conseguir que los colegiados se sientan representados. Eso es clave.

«Hasta ahora no se ha tenido en cuenta la complejidad que tiene nuestra disciplina»

—¿Hasta ahora no se sentían representados, entonces?

—No. No se ha tenido en cuenta la complejidad que tiene nuestra disciplina, ni la pluralidad de nuestra profesión por los diferentes servicios y contextos en los que trabajamos, ni tampoco la diversidad de niveles asistenciales en los que nos desenvolvemos. Hay que tener en cuenta que la misma enfermera tiene muchísimos campos de actuación. A todo esto se añade la diversidad geográfica que hay en Córdoba, y me refiero a las diferencias entre el Área Norte y el Área Sur. Todos estos factores no estaban atendidos del modo que los colegiados desearían. Y esto es algo que nosotros queremos solucionar, por supuesto.

—Una pregunta. ¿Por qué cuando usted se refiere al colectivo profesional al que pertenece habla de «las enfermeras», cuando hay muchos enfermeros también?

—Es como cuando decimos «médicos», porque mayoritariamente es una profesión masculina aunque haya muchas mujeres también. Es cierto que cada vez hay más hombres en nuestra profesión, y es verdad que es mejor referirme a mis compañeros como «las enfermeras y los enfermeros».

Representación política

—La consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Catalina García Carrasco, es enfermera, y ocupa un puesto que tradicionalmente han desempeñado médicos. Entiendo que valora este hecho como positivo.

—Sí, porque el problema que arrastra mi profesión es que tiene que enfrentarse a unas limitaciones que no deberían de existir. Hay que revalorizar las competencias que tenemos las enfermeras y los enfermeros para poder desempeñar los puestos para los que estamos formados, y entre ellos se encuentran los políticos. Es una suerte que tengamos cada vez más representación en los puestos de decisión, porque así se puede valorar el conocimiento de nuestros compañeros para mejorar el sistema sanitario, cosa que no siempre ha ocurrido. Es vital que estemos bien representados para que nuestro enfoque sobre la sanidad cuente.

—¿Tiene alguna medida o decisión pensada para tratar de limar el pique de los enfermeros con los médicos?

—(Risas) En concreto, no. Es verdad que no he tenido aún tiempo de reunirme con la presidenta del Colegio de Médicos de Córdoba, aunque sí que me ha felicitado. Nosotros estamos a disposición de ellos para crear relaciones consolidadas que busquen los puntos de unión para garantizar el bienestar y la salud de los ciudadanos. Tenemos que ir en la misma línea.

—¿Y cuáles son esos puntos de unión?

—Uno de ellos es la mejora de las condiciones de trabajo: la precariedad laboral y la pérdida salarial nos afecta tanto a los enfermeros como a los médicos. Nos tenemos que reunir, valorar cuál es la situación actual y cómo hay que actuar.

—Usted trabaja en el Hospital de Montilla. ¿Cree que esta circunstancia le da una visión más amplia sobre las necesidades de las zonas rurales?

—Ahora se está produciendo la integración de los hospitales de alta resolución en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), porque antes dependían de una empresa pública, y esto conlleva cambios en las condiciones de los trabajadores de estos centros, y en algunos aspectos creemos que estamos perdiendo más que ganando. Vamos a estar muy pendientes de cómo evoluciona todo esto.

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