Religión
El obispo de Córdoba, sobre la JMJ de Lisboa: «Los jóvenes no necesitan ni porros, ni preservativos, ni alcohol para vivir una alegría»
El prelado cordobés defiende que «a los jóvenes les hace mucho bien ver una Iglesia universal, joven y dinámica, y vivir estos días de comunión y encuentro con otros jóvenes del mundo entero»
Más de 1.300 cordobeses parten al encuentro con el Papa en la Jornada Mundial de la Juventud
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El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha afirmado que los jóvenes que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa junto al Papa Francisco, la primera semana de agosto, entre los que estarán 1.300 cordobeses, lo pasarán «bien por ser cristianos, sin necesidad de porros, ni preservativos, ni alcohol, para vivir una alegría inolvidable».
«A los jóvenes les hace mucho bien ver una Iglesia universal, joven, dinámica, vivir estos días de comunión y encuentro con otros jóvenes del mundo entero, ser acogidos por las diócesis como si fueran sus hijos. Les hace mucho bien cantar, bailar, adorar al Señor, confesarse, participar en la Eucaristía. Es decir, pasárselo bien precisamente por ser cristianos. No necesitan ni porros, ni preservativos, ni alcohol para vivir una alegría inolvidable», subraya el obispo en su carta semanal.
En este sentido, el obispo explica que este evento «es un encuentro que se viene preparando cada tres años desde las parroquias, los colegios, los grupos y comunidades, desde toda la realidad juvenil que se va renovando continuamente», y «ese encuentro juvenil a nivel mundial imprime un impulso precioso para continuar la tarea de evangelizar esta generación».
Matrimonios y vida consagrada
De hecho y según argumenta Demetrio Fernández, «a los jóvenes les hace mucho bien ver una Iglesia universal, joven y dinámica, y vivir estos días de comunión y encuentro con otros jóvenes del mundo entero», siendo «acogidos por las diócesis» portuguesas, en este caso, «como si fueran sus hijos».
«El momento del encuentro -prosigue- es también momento vocacional. Jesucristo sigue llamando a los jóvenes, cuenta con ellos para construir su Iglesia y renovar el mundo, y los llama a todos para que estén con él y hacerlos corresponsables de transmitir al mundo su Evangelio».
De esta forma, dice que «a muchos de ellos los llama por el camino del matrimonio cristiano, y estas jornadas son lugares de encuentro, de conocimiento y de compromiso. En las JMJ han surgido muchos noviazgos o se han afianzado definitivamente», apunta, al tiempo que añade que «a otros muchos los llama a la vida consagrada, a estar con él con exclusividad, a seguirle a él en pobreza, castidad completa y obediencia. Es la vida religiosa, que tanto necesita la Iglesia y que tanto bien hace a la humanidad».
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