La llegada del Santísimo Cristo de Gracia a Córdoba

La hermandad del Santísimo Cristo de Gracia está conmemorando en 2018 el 400 aniversario de la llegada de su titular a la ciudad de Córdoba. Efeméride que este sábado alcanzará su culmen con la salida extraordinaria de la venerada imagen. Una talla de origen indígena , proveniente de la ciudad mexicana de Puebla de los Ángeles, y que tiene tras de sí una larga e interesante historia.

Todo comenzó cuando el comerciante de telas Andrés Fernández de Lindo se embarcó hacia el Virreinato del Perú. Tras su llegada a América en 1601, diez años más tarde se trasladó a Nueva España, actual México . Allí, según cuenta Fuensanta García de la Torre, antigua directora del Museo de Bellas Artes de Córdoba, debió conocer a un paisano suyo: el franciscano Fray Diego de Córdoba , del convento de San Bernardino de Siena de Xochimilco, que dirigía un taller en el que se realizaban imágenes de Cristo Crucificado con caña de maíz

Años después, Fernández de Lindo se encontraba en Puebla de los Ángeles y decidió encargar la hechura de una de esas imágenes de caña de maíz con la idea de enviarla a su ciudad natal . El 14 de septiembre de 1616 la imagen estaba terminada y durante unos meses permaneció en el convento de Santa Clara de Puebla de los Ángeles , hasta que fue trasladada al puerto de Veracruz. El 3 de mayo de 1617 salía el galeón de la flota de Indias que tendría que llevarlo hasta la Península Ibérica.

El destinatario de aquel Crucificado era la hermana de Andrés Fernández de Lindo, Francisca Fernández de la Cruz , otorgándole plena potestad para hacer con él lo que ella quisiese. Tras cruzar el Atlántico, remontar el Guadalquivir y llegar al Puerto de Indias, en Sevilla, la imagen fue trasladada a Córdoba . A su llegada, Fernández de la Cruz lo acomodó en la habitación más grande de su casa, para lo que tuvo que derribar alguna pared dada sus dimensiones.

Finalmente, Francisca Fernández de la Cruz decidió donar la imagen «al recientemente abierto convento de los trinitarios descalzos en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, en la puerta de Plasencia» , que buscaban un Crucifijo. Así, el 4 de febrero de 1618 se hizo el traslado al por entonces nuevo templo. Pronto se le llamaría Cristo de Gracia , como el propio convento en el que se veneró.